09/10/2015

Medir la calidad, otra opción para sacarles más provecho a los lotes

Un desarrollo con tecnología nacional permite conocer la proteína del grano en tiempo real durante la cosecha. LA VOZ.

Si bien en los últimos años bajó el porcentaje promedio de proteína de los granos de soja que se producen en Argentina, hay un aumento en la producción “descommoditizada” de la oleaginosa, es decir, aquella que se obtiene con fines de calidad y no sólo de volumen. Como prueba de ello, se pueden citar los contratos puntuales que se están realizando a nivel nacional impulsados por requerimientos internacionales de calidad en granos y subproductos.

Las herramientas de manejo y las tecnológicas de agricultura de precisión no han sido ajenas a esta transformación y en este camino viene trabajando el Inta, a través del Proyecto Agricultura de Precisión.

Con más de nueve años de pruebas y colaboraciones en el desarrollo de diferentes tecnologías capaces de medir la calidad del grano cosechado, con el objetivo de generar mapas de proteína y aceite en diferentes cultivos.

A campo y en tiempo real

La importancia de esta tecnología radica en la posibilidad de segregar la materia prima a campo y en tiempo real, a los fines de diferenciar calidades de los productos elaborados con esos granos. Esta información es muy redituable para la industria, porque necesita conocer los valores de proteína y aceite -en el caso de soja-, antes de entrar a los distintos procesos. Para evitar el riesgo de obtener un producto con calidad inferior al estándar deseado. Además de dificultar el acceso al mercado, cuando los productos elaborados no alcanzan los estándares de calidad sufren descuentos comerciales y se generan costos extras.

A modo de ejemplo, en la campaña 2012/13, estos parámetros representaron 405 millones de dólares para el complejo oleaginoso nacional, por caída de proteína de la harina de soja.

Tecnología nacional

En el año 2006, los técnicos del Inta Manfredi participantes del Proyecto Agricultura de Precisión comenzaron a trabajar con la empresa americana Zeltex y probaron su equipo multianalizador de granos enteros AccuHarvest, montado en la noria de granos limpios de la cosechadora. Allí lograron obtener excelentes resultados del contenido de proteína y aceite en diferentes cultivos, como soja, cebada y trigo principalmente.

Luego de una serie de pruebas y adaptaciones con el equipo americano, desde el año 2013 el Inta participa en el desarrollo de un equipo nacional, junto a la empresa Tecnocientífica, logrando mejorar muchas de las características y prestaciones observadas en el equipo de la firma Zeltex.

La tecnología desarrollada por la empresa argentina Tecnocientífica se adapta a cualquier cosechadora (Inta Manfredi).


El sistema NIR-CropAnalyzer de Tecnocientífica realiza la medición de la emisión de energía del infrarrojo cercano que emiten los granos.

La cámara de medición está montada en la noria de grano limpio de la cosechadora y toma muestras de 300 gramos de grano cada 10 a 15 segundos, lo cual implica tener un dato georreferenciado cada 20 a 30 metros aproximadamente que recorre la cosechadora.

Utilidad del dato

Esta herramienta, entre otras utilidades, permite plantear diferentes estrategias de manejo con el fin de mejorar esos niveles de calidad por segregación o analizar diferentes materiales genéticos que mejor se adapten a los distintos ambientes en función de la calidad.

En un principio, el proceso de segregación se realizaría cosechando de manera anticipada, con pasadas distantes unas de otras, con el fin de confeccionar un mapa de precosecha para interpolar los datos de proteína o aceite y así, a través de software, poder identificar los ambientes según calidad.

Una vez identificado esos ambientes, con la utilización del monitor de rendimiento con el mapa de calidad preconfeccionado de fondo en la pantalla o con un piloto automático con el track del mapa interpolado, se podría identificar el lugar donde está la máquina y cosechar por zona de calidad.

En la campaña 2014/15 se pudo avanzar en el testeo y evaluación del equipo, logrando cosechar y analizar la respuesta de diferentes variedades de soja sembradas en distintos ambientes en la zona centro de la provincia de Córdoba.

Utilizando tres variedades representativas (5009, 5258 y 4611), en el Manfredi se obtuvieron contenidos de proteína que estuvieron entre 38,6 y 40,1 por ciento con rendimientos entre 3,9 y 5,8 toneladas por hectárea.

El mismo planteo realizado en un lote cercano a Pampayasta, donde la limitante es el suelo salino-sódico, el rendimiento en la zona sin limitante estuvo entre 3,7 y 5,4 toneladas por hectárea con porcentaje de proteína entre 35,7 y 38,2 por ciento; en tanto que en la zona con limitante el rendimiento estuvo entre 1,7 y 2,9 toneladas por hectárea con 32,9 y 36, 8 por ciento de proteína.

Claramente en la zona de Pampayasta, a pesar de tener rendimientos promedio inferiores a los de Manfredi, lo que haría suponer que la proteína tendría valores más altos, el indicador de calidad fue inferior. Asimismo, a pesar de encontrar valores de 40 por ciento de proteína, en Manfredi el promedio fue de 39, siendo un valor que está por encima del promedio anual de 37,3 contabilizado por el Laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas del Inta Marcos Juárez.

*Informe elaborado por los técnicos Diego Villarroel, Fernando Ustarroz, Andrés Méndez, Mario Bragachini, Juan Pablo Vélez y Fernando Scaramuzza, del Inta Manfredi; José Méndez y Cecilia Accoroni, del Inta Totoras; Lisandro Errasquin y Matías Aladio, del Inta Justiniano Posse.