08/10/2015

La soja resistente a sequía puede hasta duplicar los rindes

Así lo aseguran los investigadores que crearon esta semilla. Un gen de girasol fue la clave para lograr este avance. LA VOZ.


La soja resistente a sequía, un descubrimiento argentino anunciado por el Gobierno nacional, puede llegar hasta duplicar los rindes del cultivo.

Así lo aseguró el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación a través de un comunicado en el que destacó cómo fue la investigación que dio origen a esta innovación y los principales alcances que tiene.

Cabe destacar, de todos modos, que lo novedoso es la oficialización del permiso oficial para que esa semilla empiece a comercializarse en todo el país, ya que el descubrimiento fue informado con anterioridad aunque aún no se había puesto en práctica.

Historia
Según señala el Ministerio de Ciencia y Tecnología, esta investigación sobre la modificación genética de la soja fue llevada a cabo por un grupo de investigadores, liderado por la doctora Raquel Chan, en el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral que depende del Conicet y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), de Santa Fe.


“El equipo trabajó a partir del aislamiento y la caracterización de un gen de girasol (HAHB-4) relacionado a la respuesta natural de la planta ante factores climáticos y condiciones de suelo. A través de la inserción de ese gen en la soja, se logró aumentar las capacidades de la planta para tolerar condiciones de estrés como la sequía y la salinidad de los suelos”, explica el informe.

El resultado principal es que, “a raíz de esta modificación, se puede dar un aumento de los rindes de entre el 10 por ciento y el 100 por ciento dependiendo del tipo de cultivo, la calidad del mismo y el lugar donde se produzca así como también de los factores climáticos”.

Regalías para el Estado
La patente de este descubrimiento es propiedad conjunta del Estado nacional a través de la titularidad del Conicet y la UNL y la licencia de uso y explotación fue otorgada por 20 años a la empresa Indear, nacida de la alianza del Conicet y la empresa nacional Bioceres.

Es así como las instituciones mencionadas recibirán un porcentaje por cada semilla vendida en concepto de regalías.

Innovación en la papa
Cabe destacar que los anuncios de ayer también involucraron una nueva variedad de papa para combatir el denominado “Virus de la Papa” (PVY por sus siglas en inglés).

Esta innovación es de gran importancia para Córdoba, que tiene gran cantidad de productores paperos en el cinturón verde de la capital provincial y en Villa Dolores, fundamentalmente.

El PVY, que afecta a más del 50 por ciento de los cultivos de papa, pude producir una reducción de la productividad de entre un 20 por ciento hasta un 80 por ciento como resultado de una alteración en el proceso de fotosíntesis originada por la deformación y decoloración de las hojas, que afecta el crecimiento del tubérculo. Este virus, que se transmite por insectos de la familia de los áfidos (también conocidos como pulgones), resulta difícil de erradicar ya que puede persistir en las siguientes generaciones de tubérculos.

Los investigadores trabajaron durante seis años ensayando sobre dos mil plantas de dos líneas diferentes en campos de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, teniendo en cuenta los tipos climáticos y de suelos de cada jurisdicción. Como resultado, las plantas genéticamente modificadas no mostraron signos de la afección, mientras que aquellas que no fueron modificadas presentaron una tasa de infección de entre el 60 por ciento y el 80 por ciento.

Este avance resultará beneficioso especialmente para todos los productores cuyo principal problema son las plagas. Así, las papas genéticamente modificadas reciben una “vacuna” contra el virus que no se manifiesta en sus características agronómicas, composición bioquímica y valores nutricionales, además de otorgarle mayor resistencia frente a otros tipos de virus. Este hallazgo fue transferido gracias a un acuerdo entre el Conicet y la empresa Tecnoplant del grupo argentino Sidus.