18/01/2016

El trigo corre la frontera del rinde

Donde se aplicó alta tecnología y acompañaron las condiciones de ambiente y genética, el cereal respondió con subas en los promedios y en los máximos; en Necochea, el productor Agustín Torres alcanzó un pico de 8600 kilos por hectárea


En "Don Francisco", un campo profundo ubicado sobre la costa de Necochea, Agustín Torres, productor de la regional Aapresid, decidió probar la variedad Klein Serpiente. Lo hizo en 10 hectáreas y puso toda la carne al asador acorde a un lote de alto potencial: 130 kg/ha de semilla curada, fertilización a la siembra con 120 kg/ha de fosfato diamónico, fertilización nitrogenada con 230 kg/ha de urea en dos pasadas y la aplicación del fungicida Opera con 800cc/ha en hoja bandera. El resultado fue un máximo que nunca antes había logrado: 8600 kilos por hectárea. Por el rinde, fue uno de los topes comentados en la zona, pese a que se logró en una poca superficie, y porque esa variedad, de grupo de calidad I, rompió el molde de que con los materiales más panaderos se hacía difícil superar los 6000 kilos.


En esa franja costera hubo más casos que tocaron los 80 quintales. Inclusive, más adentro de la provincia se dieron rindes igualmente altos, ya en superficies algo mayores. En rigor, los 7100 kilos por hectárea en 40 hectáreas en Ayacucho que informó Gastón Therisod, de la red Nodo Sur de Aapresid, los 7050 kilos en 57 hectáreas en Miramar o los 6900 kilos en 70 hectáreas en Madariaga que detalló este mismo técnico, todos resultados con Baguette 31.

Una de las certezas que dejó la última cosecha de trigo, a punto de terminar, es que quien apostó a explorar el máximo potencial se encontró, ayudado por la genética, condiciones ambientales y de suelo, que el trigo corrió nuevamente la frontera del rinde para llegar a lugares impensados.

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Pasando ahora de los máximos a los promedios, muchas zonas cerraron con promedios muy buenos. Hubo regiones con hasta un 30% más de rinde que el año pasado. Pero como en la última campaña con el kirchnerismo en el poder bajó en términos generales la tecnología aplicada, muchos se quedaron con la sensación de que los promedios podrían haber sido más altos.

"El rinde potencial fue superior a años anteriores, pero debido a las condiciones comerciales imperantes para el cultivo el productor aplicó menor tecnología. Y esto afectó la producción y las condiciones de calidad, gluten y proteína", dijo Alberto Marchionni, productor de Hughes, en el sur de Santa Fe. En su zona, los rindes rondaron los 5000 kilos, pero podrían haber sido 20% superiores si se hubiera aplicado alta tecnología.

Para Martín Artigue, socio de la firma A&T, 130 kilómetros al sur de Río Cuarto y 100 kilómetros al este el promedio cerró en 35 quintales, con un rango que fue de 32 a 38 quintales por hectáreas. "Los rendimientos no fueron mejores porque la tecnología aplicada fue menor a la de 2014. Principalmente, se fertilizó menos", coincidió. El promedio de la proteína del cereal allí retrocedió de 11,5 a 10 por ciento.

Eduardo Belloni, un técnico que se desempeña en la sucursal Red Surcos de Tandil, también puso como justificativo el clima político-económico que influyó sobre el productor. "Muchos lotes fueron sembrados sin las dosis recomendadas tanto de fósforo como nitrógeno, agravado esto porque también fueron muy limitadas las aplicaciones complementarias de nitrógeno al macollaje. Por último, también fueron limitados todos los tratamientos preventivos-curativos para enfermedades fúngicas", explicó.

En una campaña donde se redujo 20% la superficie, que quedó en 3,6 millones de hectáreas, la suerte tuvo que jugarse con los rendimientos. Mucha presión inclusive luego que se perdieran, entre otros motivos por los excesos hídricos, 270.000 hectáreas. Por los buenos rindes que apuntaló el sur bonaerense, la cosecha no bajó más de lo que se esperaba. En rigor, cerró con un 14% menos de producción versus 2014 al quedar en 10,1 millones de toneladas.

Según Marcelo Torres, de Ceres Tolvas y la red Nodo Sur de Aapresid, para la zona costera de Mar del Plata, Otamendi, Vidal, Miramar y Balcarce hacia el sur hubo entre un 30 a 40% más de rinde. El rango subió de 4200/4500 kilos a 5000/6500 kilos por hectárea. Torres destacó lotes puntuales de 50 a 100 hectáreas por encima de 8000 kilos.

Más adentro de la provincia, en Tandil, Azul, Benito Juárez, Rauch, Gastón Therisod informó de rindes en torno de los 5200 kilos, contra 4900 kilos del año pasado. "Los rendimientos fueron superiores en un 20%, aproximadamente. Las temperaturas bajas durante octubre y noviembre colaboraron en esta etapa clave de los cultivos", explicó Juan Campion, técnico de Campoamor en la región.

Según un informe de Iván Ullmann, de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, que tiene influencia en 19 partidos del sudoeste bonaerense, el rinde promedio allí aumentó 15% y llegó a 2950 kilos por hectárea.

Sin embargo, advirtió por la baja proteína. "El lavado de nutrientes tras dos años de lluvias por encima del promedio para la zona, junto con un paquete tecnológico deficitario en fertilización y los altos rendimientos logrados, resultaron en una baja de la proteína. Un importante tonelaje de la producción se sitúa en la banda de 8 a 9 puntos de proteína", indicó.

Para Coronel Dorrego y el área cercana a Bahía Blanca, Javier Irastorza estimó una cosecha 30% superior con promedios de 4000 kilos pero, aclaró, "con muchos trigos redondeando 9 de proteína".

Para el centro norte bonaerense, Julio Lieutier, asesor CREA y productor, informó de rindes de 3000 kilos en Chacabuco y Carmen de Areco, donde hubo anegamientos, y de 4500 kilos hacia Chivilcoy y Junín. "Significa, en promedio, 15% menos que en la campaña pasada", afirmó este técnico, que también alertó sobre "serios problemas de calidad panadera en variedades grupo III".

En los departamentos de Unión y Marcos Juárez, en el sudeste cordobés, los rindes fueron de 3500 a 4500 kilos, un 10% más que el año pasado, aunque "la mayoría" de los trigos "con proteínas abajo del 10%", según resaltó el técnico Juan Juárez.

En un extenso informe para LA NACION, los técnicos de Red Surcos Sergio Tantera (noroeste de Santa Fe), Hernán Micerez (Esperanza, Rafaela, Sunchales), Mario Fernández Osuna (centro de Santa Fe), Sebastián Martínez (Córdoba), Aníbal Triputti (Rosario), Agustín Merello (Venado Tuerto), Leonardo Zino (Chivilcoy), Juan Abadía (Junín), Martín Cervera (Trenque Lauqen) y Cristian Rodríguez (General Pico) coincidieron en que las calidades de los trigos fueron de regulares a malas.