Aún hay muchos herbicidas que se pueden aplicar, aseguraron los técnicos del Inta en la Jornada Nacional de Malezas. Alertan sobre no volver a la labranza. El problema del maíz en la resistencia. NAP

OLIVEROS, Santa Fe (NAP). El barbecho (el descanso entre dos cultivos) "es el período en que son problemáticas las malezas resistentes al glifosato; entonces en el barbecho, es decir durante el otoño, es el momento de manejar eficaz y económicamente estas malezas”.

Así lo afirmó el ingeniero agrónomo Juan Carlos Papa, al abrir la serie de disertaciones de la Jornada Nacional de Malezas que se realiza este miércoles el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, en la estación de Oliveros.

Papa planteó que la polémica surgida con las malezas que ahora sobreviven al herbicida glifosato –el principal empleado desde la década del 90- y que se han propagado por casi toda la región agrícola de la Argentina es porque existe “un núcleo duro de problemas”, que se compone del empleo del glifo como única alternativa, la siembra directa (que requiere estructuralmente del uso de agroquímicos), la soja como monocultivo y el sistema de propiedad de la tierra, con la difusión del sistema de siembra por arrendamientos.

El “malezólogo” del Inta planteó el tema como una cuestión darwiniana de evolución y adaptación de especies y alertó que “si no cambia la estrategia de manejo necesitaríamos un nuevo glifosato, y eso no va a ocurrir en los próximos años. Hay que cambiar factores del núcleo duro”, aseveró.

Papa aseguró que aún hay en el mercado una gran cantidad de herbicidas que pueden ser una solución. “La industria ofrece una amplia gama que viene desde la década del 40 al 90; en ningún acaso sustituyen al glifosato y no sirven para apagar el ‘incendio’. Siempre hay que prevenir”. Aconsejó volver a usar herbicidas residuales “para ganar tiempo y reducir los bancos de semillas”.

Manejo

La jornada auspiciada por el Ministerio de Agricultura de la Nación reunió a más de 1.500 personas, lo que da una pauta del problema de las maleas resistentes.

“Los métodos culturales tienen un impacto muy significativo”, dijo Papa e insistió con que “en otoño la diversidad de herbicidas a utilizar es muy grande, pero si nos atrasamos en la aplicación la eficacia disminuye mucho. Para la primavera, la maleza ya cumplió todo su ciclo”.

Los factores que trasladan las malezas son las cosechadoras, aves, corridas de agua y el transporte. En cuanto a combatir a los yuyos mediante la labranza de la tierra, ‘rompiendo’ el barbecho y la continuidad de la siembra directa, sugirió “no desesperarse: si labramos todo el lote, logramos distribuir el problema a todo el lote”.

Papa anticipó que en poco tiempo van a llevar al mercado nuevas semillas con tolerancia a nuevos herbicidas, como sojas tolerantes a 2.4D y a dicamba, “pero van a ser eficaces –remarcó- si lo usamos con una alternativa mas”.

Maíz

El ingeniero agrónomo del Inta Manfredi, Diego Ustarroz, describió problemas que trajo el maíz en el manejo de las malezas. Primero por la aparición de maíces RR que llevaron a abusar del glifosato lo cual generó resistencias.

“Pero también el retraso en la fecha de siembra de maíz, que pasó a siembras tardías, extiende el período de barbecho; además se cosecha en junio cuando ya hay emergencia de malezas”, dijo Ustarroz. También citó el tema del maíz ‘guacho’ resistente al glifo.

En tanto, otra cuestión de los últimos años fue “la reducción de la superficie cultivada con trigo, que reduce las malezas invernales”.

Entre las malezas tolerantes que citaron Papa y Ustarroz están la rama negra, chloris virgata, las tolerantes: commelina, gonphrena, parietaria, popphorum y viola, entre otras.

Las resistentes: sorgo de Alepo (la más difundida), los yuyos colorados (amarantus quitensis y palmieri); Digitaria insularis (la peor maleza de Brasil y Paraguay), raigras anual, Echinocloa colona y eleusine. (Noticias AgroPecuarias)