Durante su participación en FARO 2025, el evento organizado por Agroactiva y Puerto Norte, Julián Muguerza remarcó que la inteligencia artificial dejó de ser una promesa para convertirse en el canal más eficaz de transferencia de conocimiento hacia el productor.
En análisis de suelo, mapeo y generación de recomendaciones se usa la IA generativa para asistir en la transferencia de conocimiento. "Muchas de las cosas que mapeamos no la usan los asesores y los productores", advirtió.
“Hay una sobreoferta de tecnología, pero una subutilización por desconocimiento. La IA es la fuente para generar y trasladar ese conocimiento de forma permanente”, afirmó. "Los agentes sirven ahí y tienen mucha efectividad, es cada quien preguntandole y encontrando la forma de vincularse".

El director de Glimax explicó que muchas problemáticas emergentes, como la deficiencia de potasio en suelos, no están incorporadas en la experiencia habitual del productor ni del asesor. “La inteligencia artificial generativa nos permite transformar datos complejos en recomendaciones aplicables, personalizadas y en tiempo real”.

La empresa trabaja bajo un modelo integral que combina tres ejes: servicios, asistencia y formación. Ofrecen desde mapeos de suelo de alta resolución con más de 40 capas de información, hasta estrategias de adopción tecnológica a largo plazo para empresas que buscan pasar de una agricultura analógica a una digital predictiva.

“Contamos con un equipo interdisciplinario de más de 15 agrónomos, contadores y especialistas en gestión del cambio, porque adoptar tecnología no es solo incorporar una máquina: implica transformar la forma de tomar decisiones”, señaló Muguerza.
Según el especialista, casi todos los productores incorporan algún nivel de tecnología, pero el grado de profundidad varía. Solo entre el 15% y el 17% aún compra maquinaria sin herramientas digitales. “El gran desafío no es sumar más tecnología, sino aprender a usarla para capturar valor”, dijo.

Al mismo tiempo, tecnologías que antes eran de alto costo, como los drones o la siembra variable, hoy están al alcance de más productores y permiten sentar las bases para una agricultura automatizada y predictiva.
En tanto, hay un "cambio de mindset" que tiene que ver con los resultados que dan estas herramientas de agricultura digital, de forma más cercana. "Si el productor ve que hay un beneficio atrás de la tencología, es fundamental".
Muguerza compartió casos reales de su propia producción en los que la IA permitió detectar ambientes con respuesta positiva al agregado de potasio, algo que antes no se observaba. “Encontramos respuestas de entre 400 y 500 kilos en trigo, y hasta 1.000 kilos adicionales en soja de primera. Este año esperamos sumar entre 300 y 500 kilos más en maíz”.

Estos resultados, explicó, se lograron al utilizar IA para procesar grandes volúmenes de datos de suelo y generar un “scoring” de respuesta potencial por lote, optimizando la inversión en insumos y maximizando la productividad.