No es una plaga que aparezca en condiciones de alta humedad, pero se recomienda especial atención en lotes que hayan tenido garbanzos o arvejas. NOTICIAS AGROPECUARIAS.
PERGAMINO, Buenos Aires (NAP). La existencia de “poblaciones residuales” de isoca bolillera (Helicoverpa gelotopoeon) la campaña pasada “tendrán su efecto derrame” en el ciclo actual de soja, con un impacto “al menos moderado”, advirtió el ingeniero agrónomo Nicolás Iannone, del Inta Pergamino.
Por esto, el técnico recomendó especial consideración para zonas “con cierta densidad de cultivos leguminosas como arveja y fundamentalmente en las que haya cultivos de garbanzo (este año con una siembra significativa de este nuevo cultivo)” ante la presunción de que tales hospedantes de la isoca bolillera favorezcan su desarrollo.
Se trata de una plaga que volvió a observarse con preocupación en los cultivos desde la campaña 2008/2009, tras dos décadas sin que su presencia tuviera significancia económica. Y la historia volvió a repetirse en el último ciclo agrícola.
En un trabajo para Dupont Agro, Iannone recordó que la casi erradicación del cultivo del lino y la drástica disminución de la alfalfa implicó la virtual desaparición de la isoca bolillera como plaga con impacto económico sobre la producción de soja, al punto que esa especie de lepidóptero era desconocida por la mayoría de los productores sojeros argentinos del nuevo siglo.
Reaparición
Pero las condiciones de sequía de la campaña 2008/09 arrojaron picos diarios de alrededor de 1300 individuos al momento de la siembra de soja, llegando a 2400 en enero-febrero, época de comienzos del período reproductivo en soja de primera y de segunda respectivamente.
El ciclo 2010/11 no se caracterizó por condiciones de sequía y careció de un residuo poblacional del año anterior, por lo que la plaga prácticamente no tuvo efecto sobre la soja. En tanto, en la campaña 2011/12 hubo una generalizada sequía en gran parte de la región pampeana, lo cual provocó incrementos poblacionales moderados a altos fundamentalmente durante la etapa reproductiva del cultivo.
Esa sequía “se constituyó en el factor desencadenante para el desarrollo de esta temible isoca para el cultivo de soja”, cuya fuerte aparición y riesgo sobre su crecimiento exponencial se reflejó a comienzos de la citada campaña sobre el cultivo de arveja.
Iannone añadió que la profundización de la sequía en más de diez millones de hectáreas sembradas con soja “indujo a un rápido incremento poblacional de la isoca bolillera, afectando al cultivo prácticamente desde el inicio de su ciclo agronómico a través de la aparición de generaciones superpuestas que impactaron fuertemente sobre la producción de la oleaginosa”.
Para no confiarse
“Si ensayáramos -planteó Iannone- una visión prospectiva sólo en base a presencia o no de sequía, de presentarse las condiciones pronosticadas correspondientes a un año Niño se podría presumir, quizás erróneamente, que no habría una presencia significativa de H. gelotopoeon en la región pampeana”. Sin embargo, “seguramente que las poblaciones residuales de la plaga en muchas zonas -producto de moderadas a altas poblaciones al final de la campaña anterior- tendrán su 'efecto derrame' hacia comienzos de la campaña 2012/13, con impacto al menos moderado sobre el cultivo de soja”. También deben considerarse zonas con legumbres que actuarían como hospederas.
Finalmente dijo que “pareciera que la sequía tan intensa y generalizada ocurrida en el ciclo agrícola 2008/09 ha desencadenado un nuevo ciclo, de una cierta cantidad de años aún a futuro, con presencia de bolillera como importante plaga del cultivo de soja”.
Los niveles interanuales e incidencia “tendrán alternancias de efectos moderados, leves y altos, dependiendo principalmente de las condiciones climáticas imperantes, el incremento o no de otros cultivos hospedantes favorables a su desarrollo, así como de la intervención del hombre como elemento disturbador o protector del agroecosistema a través del manejo que adopte para minimizar el efecto de las plagas”. (Noticias AgroPecuarias)