31/10/2013

Se viene la plaga 2014

 Se llama Helicoverpa armigera y es una oruga que puede complicar a los cultivos de gruesa. Presenta resistencia a la tecnología Bt. NOTICIAS AGROPECUARIAS.

BUENOS AIRES (NAP). Se trata de una oruga muy móvil, voraz y de una gran capacidad reproductiva (cada hembra puede poner hasta 1.500 huevos), capaz de sobrevivir en ambientes extremos. Como mariposa tiene una gran capacidad de dispersión, llegando a desplazarse hasta 1.000 kilómetros.

La Helicoverpa armigera está presente en Australia, África, Asia y varios países europeos, donde ya acusa resistencia a insecticidas fosforados, carbamatos y piretroides, que son los que se usan para el control de orugas.

Tiene registradas 180 especies cultivadas y silvestres como hospedantes. Con estos antecedentes, el peligro reside en que fue detectada oficialmente en Brasil y Paraguay y se sospecha que ya estaría también en la Argentina.

"La tecnología Bt, en algodón, maíz y soja existentes en nuestro país parece no tenerla como blanco susceptible, es decir que existe la posibilidad de que dañe estos cultivos", marcó el ingeniero agrónomo Daniel Igarzábal, consultor privado y profesor de Protección Vegetal en la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica de Córdoba.

Graficó que "es una plaga similar a Helicoverpa gelotopoeon (oruga bolillera) y a Heliothis zea (oruga de la espiga del maíz). Aunque todavía no tiene un nombre común en nuestro territorio, si se expresa de la manera que lo hizo en Brasil vamos a tener que llamarle 'la oruga brava'".

En cuanto a su incidencia económica, Igarzábal apuntó que “en Brasil, sólo en el estado de Bahía se estima que por esta plaga los costos de control en algodón se duplicaron en dos años de 400 a 800 dólares por hectárea y, entre las pérdidas de rendimiento y tratamientos extras se perdieron más de 600 millones de dólares en los cultivos de poroto, garbanzo, soja, maíz, algodón y otros.”

"Observando los antecedentes de gran tolerancia a los productos y la falta de susceptibilidad a larvas grandes hay que replantear estrategias en caso de colonización de esta plaga. Promover trabajos integrados entre el gobierno y las entidades privadas, donde intervengan cultivos tolerantes, productos de bajo impacto, promoción del control biológico, y el monitoreo permanente como base de la toma de decisiones. Pero aún falta la confirmación oficial de su presencia en Argentina. Estamos atentos”, concluyó.