14/09/2017

Rodeados por la inundación, productores de un pueblo cordobés buscan salvar la hacienda

Sucede en Italó, en el sur provincial; estiman en 200.000 las hectáreas anegadas en la región. LA NACION

CÓRDOBA.- El departamento General Roca, al sur provincial en el límite con La Pampa, también está muy complicado por las inundaciones y los anegamientos. El problema no deriva de las últimas lluvias, sino que viene desde el año pasado. El agua viene desde el norte hacia el sudeste afectando campos y -en condiciones extremas- también pueblos. Se estiman unas 200.000 hectáreas afectadas.
Adolfo Gondra, titular del Centro Ganadero de Italó, explicó a LA NACION que el pico de los problemas este año fue en abril, pero como las napas freáticas están altas, por mínimo que sea el nivel de precipitación, hay anegamientos y miles de hectáreas quedan aisladas.
Los caminos rurales están destruidos (los consorcios camineros están trabajando) y las dificultades para trasladar producción se extienden. Los productores ganaderos trasladan a los animales a zonas más secas, pero los costos crecen y las pérdidas aumentan.
Todo el problema deriva del río Quinto, de cuenca endorreica (nace en San Luis y desemboca en el Salado). Cuando crece afecta a localidades del oeste bonaerense y del este pampeano. El comité de cuenca creado este año busca encarar soluciones en conjunto, pero todavía las obras claves no se hicieron.
En mayo, frente a la presión de los productores, funcionarios cordobeses explicaron el plan de unos 430 millones de pesos entre los que se cuentan los trabajos para el reservorio 3 de la laguna La Picasa, la regulación de la Cuenca Alta de Laguna del 7, el canal Serrano-Charlone; las defensas urbanas contra inundaciones en las localidades de Villa Rossi, Jovita, Pincén, Serrano y Del Campillo, el control de los derrames del río Quinto entre ruta 27 y Laguna La Margarita, los microembalses de regulación en cuencas altas, el sistema hídrico Devoto; el canal Huanchilla, Pacheco de Melo y Santa Catalina, y el sistema regulador aliviador de ruta 4.
María Belén Morello, secretaria de Gobierno de Italo, insistió en que la zona rural "muy comprometida" y aumenta la cantidad de productores que alquilan campos para trasladar la hacienda y también a sus empleados.
"Toda la región ya siente el efecto económico, hay menos flujos de fondos, menos actividad comercial, menos contratistas rurales", graficó la funcionaria. En la zona no quedan tambos -los últimos cerraron entre fines del año pasado y comienzos de 2017- y la producción agrícola presenta pérdidas "significativas".
"Lo que se cosechó no se puede sacar y a los campos que están más secos no se puede ingresar porque no hay caminos. Todo es muy complejo", agregó a LA NACION Morello.
Walter González, productor, apuntó a este diario que hace ya seis meses que están "complicadísimos, con respuestas en cuentagotas, casi aislados. No hay soluciones concretas".
De 150 hectáreas, al productor le quedaron sólo 10 que no están cubiertas por el agua. "El panorama es desolador, y todavía falta lo peor, se retiró un poco el agua por un drenaje muy lento, pero lo queda es terrible. No podemos esperar más", dijo.
Los productores explican que registran pérdidas de productividad, de infraestructura porque el agua destruye las instalaciones y económicas por la suba de costos derivada del movimiento de los animales y de los alquileres de tierras.