16/10/2015

Pese al mayor uso de tecnología crece la erosión de los suelos

La mejora de la rentabilidad generada por la soja trajo aparejado la disminución de otros cultivos como trigo y maíz. INFOCAMPO.


La ausencia de éstos cereales en el campo argentino sumado a la falta de incentivos para sembrarlos ocasionó a la fecha un aumento en la erosión de los suelos. La cual no pudo detenerse pese al surgimiento de una tecnología más amigable con el recurso natural. Hace falta una serie de políticas que permitan devolverle a la tierra la sustentabilidad al menos en el mediano plazo, según publicó Diario BAE.

El abandono de la rotación de cultivos está generando consecuencias negativas en el incremento de la erosión de los suelos, el balance de la materia orgánica, la fertilidad y la eficiencia hídrica. A esto se suma que en las regiones Patagónica y seca occidental, los procesos de desertificación se están incrementando de forma tal que trae implicancias desde el punto de vista social, ambiental y productivo, razón por la cual requieren una atención especial.

Un trabajo elaborado por el Centro para la Promoción de la Conservación del Suelo y Agua (Prosa), estimó que actualmente un 38% del territorio argentino está afectado por procesos de erosión hídrica y eólica lo cual representa unas 105 millones de hectáreas en total. El mismo sostiene que al analizar los datos globales correspondiente al 2015, se observa un crecimiento de un 82 % respecto de la efectuada en 1990.

Y es que entre 1990 y el 2000, la siembra directa (implantación del cultivo sin remoción del suelo dejando una cobertura permanente con residuos derivados de la cosecha) funcionó de manera correcta, es decir con adecuada rotación de cultivos (trigo/maíz y soja), reposición de nutrientes, pero en los últimos quince años esto se dejo de lado y dio paso al monocultivo de soja desde ya por la mejora en los precios.

La oleaginosa no permite una reposición natural. Éstas deberían seguir una secuencia que alterne gramíneas, algo que si lo hacen los cereales. Precisamente esto hace que se fertilice poco. Hoy es de apenas el 35% cuando debería ser del 70. Pero el tema es cultural. La creencia del productor de la buena fertilidad de los suelos pampeanos hace que los desatienda, cuando en realidad tiene un límite.

Los datos de las empresas privadas advierten que la compra de fertilizantes para la campaña 2015/2016 cayó un 20% lo que hablaría de una alarmante baja en la reposición del 25 por ciento.

En definitiva el suelo va proveyendo los nutrientes que se llevan las cosechas, pero eso tiene un límite que ni la tecnología podrá solucionar. Por eso es necesario que el Estado tome cartas en el asunto y promueva leyes o reglas para ayudar al productor a aplicar más tecnología en el suelo a partir de un escenario más previsible. El mayor volumen que año tras año se ve en la cosecha viene siendo en desmedro de otros cultivos o producciones.

Un proyecto promueve el uso de fertilizantes

Tras el dictamen favorable por parte de la Comisión de Agricultura y Presupuesto de la Cámara de Diputados, éste se apresta a tratar un proyecto de ley que promueve el uso de fertilizantes, a través de incentivos fiscales con la posibilidad de recibir un reintegro por la compra de estos productos a través de un esquema de deducción por el pago del Impuesto alas Ganancias, entre otras cuestiones.

El proyecto redactado por el diputado Luis Basterra (FPV) señala que el objeto de esta iniciativa es “la conservación y mejoramiento de la fertilidad de los suelos de uso agropecuario a través de la promoción del uso de fertilizantes para la actividad agropecuaria”. Además determina que los productores anotados en el Registro de la AFIP que realizan sus actividades en inmuebles rurales propios o de tercero, “podrán deducir como gasto adicional en la liquidación anual de ganancias, el ciento por ciento de los montos pagos por la compra de fertilizantes para uso agropecuario”.

“Este gasto adicional será deducible por aquellos titulares de producciones agropecuarias que efectivamente realicen la fertilización y siempre que la misma tenga como destino obtener productos de origen agropecuario”, sostiene el texto.

LO NOVEDOSO

Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) con sede en Paraná crearon un software que mide y previene el impacto de la erosión hídrica en el suelo. La aplicación contempla el clima, el cultivo, el tipo de suelo, la longitud y grado de la pendiente de cada región para estimar la erosión. Además de los cálculos orienta al productor en las estrategias de manejo, alternativas que mejor se adaptan y protegen el recurso, favorecen la infiltración del agua, previenen la erosión y conservan los nutrientes.