18/04/2024

“Panorama complejo”: estiman que este año no habrá crecimiento de la superficie con trigo

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló que se repetirán las 5,9 millones de hectáreas del ciclo agrícola pasado; versus el promedio de las últimas cinco campañas habrá una reducción del 6,9%. LA NACION - 17/04/2024
 

La superficie con trigo en la campaña 2024/2025 mantendrá la misma cantidad de hectáreas que en el ciclo agrícola pasado, según informó hoy la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. No obstante, si se compara con el promedio de los últimos cinco años, se ubicará un 6,9% abajo.

De acuerdo a un informe de precampaña realizado por la entidad, este año el cereal cubrirá 5,9 millones de hectáreas. Se trata de la misma superficie que en 2023.

Para la Bolsa de Cereales porteña, hay una mejor condición de humedad para iniciar la siembra del cultivo. Sin embargo, alertó que, desde el punto de vista del “marco económico”, hay algunos “obstáculos” para la campaña. Estos tienen que ver con los precios del cereal y, además, de los insumos.

“Con la activación tardía del fenómeno de “El Niño”, que desencadenó lluvias abundantes durante marzo y abril sobre toda el área agrícola dificultando las labores de recolección de gruesa, se dio la recuperación al menos parcial de las reservas del perfil. Esta recuperación apuntala la intención de siembra del cereal fundamentalmente sobre el margen oeste del área agrícola, donde la sucesión de temporadas invernales secas impactó negativamente causando, no solo una fuerte retracción del área sembrada desde la campaña 2021/22, sino también una considerable caída en la performance del cultivo, provocando mermas en la producción de hasta un 35% en la campaña 2022/23″, indicó.

La campaña llega con una mejora en las condiciones de humedad
La campaña llega con una mejora en las condiciones de humedad

Para la entidad, además de la recuperación de la humedad, cuestiones como la rotación de cultivos, la preservación del suelo, el control de adversidades biológicas y la economía del agua y “la necesidad de refinanciamiento a partir de la siembra de un cultivo que pueda cumplir un doble propósito -cosecha de grano comercial o consumo como recurso forrajero- son otros de los factores que, en segunda instancia, también actúan a favor de la intención de siembra de trigo”.

Sin embargo, según apuntó, la posibilidad de un año La Niña, que genera lluvias por debajo de lo normal, “lleva a muchos productores a optar por realizar barbechos largos con el objetivo de reservar la humedad almacenada recientemente para los cultivos de gruesa del próximo ciclo”.

Además, alertó que “el marco económico establece algunos obstáculos a la hora de definir el planteo productivo del cereal. Los costos elevados de los insumos dados los precios del cereal comprimen los márgenes proyectados afectando la competitividad del cultivo”.

“Se observa una posible estabilidad en el área de siembra del trigo, igualando las 5,9 millones de hectáreas alcanzadas durante el ciclo anterior, quedando este valor supeditado a la evolución de las variables no solo climáticas, sino principalmente de las económicas de aquí hasta el momento de comenzar con las labores de implantación. Al analizar esta cifra en un contexto más amplio, observamos que esta proyección de superficie representa una disminución del 6,9% en comparación con el promedio de las últimas cinco campañas [6,34 millones de hectáreas]”, remarcó la entidad antes de profundizar en los datos que representan los “obstáculos”.

Precios e insumos

Según la Bolsa de Cereales porteña, el trigo primera posición de Kansas tuvo una tendencia decreciente desde los máximos alcanzados en 2022. “Actualmente dicha cotización se ubica en valores cercanos a los US$212 por tonelada, lo que representa una caída del 32% en comparación con abril del año pasado y un -14% respecto al promedio de los últimos cinco años”, señaló.

Y añadió: “En el plano local, desde principios de marzo, el precio promedio FOB a cosecha del trigo en la Argentina ha experimentado una recuperación, alcanzando los US$230 por tonelada, lo que representa un incremento del 10%, o una ganancia acumulada de US$20 por tonelada. Este aumento se produce después de las significativas caídas registradas desde abril del año anterior, que resultaron en una reducción acumulada del 19%”.

Luego la entidad se refirió a los costos de producción y analizó el impacto de la rebaja de aranceles a la importación anunciada para herbicidas y la quita de aranceles para la urea. Esto lo comunicó la semana pasada el ministro de Economía, Luis Caputo.

El ministro de Economía, Luis Caputo, en el evento de AmCham
El ministro de Economía, Luis Caputo, en el evento de AmChamPilar Camacho - LA NACION

“Desde el punto de vista de los costos de producción, los precios de los fertilizantes han mantenido su nivel e incluso algunos han registrado aumentos. Específicamente, la urea y el fosfato diamónico han experimentado incrementos del 23% y 5% en comparación con el año pasado. Los precios de los herbicidas también han aumentado en un 5%”, evaluó.

Según indicó, las medidas del Gobierno tendrían “un efecto limitado en la reducción de los costos operativos de la producción”.

“Esto se debe a que los herbicidas, a pesar de que experimentarían una reducción arancelaria más significativa, solo constituyen el 18% de la estructura de costos. Por otro lado, los fertilizantes, que representan, sujeto al tipo de planteos tecnológicos, un 33% de la estructura de costos, tendrían una disminución relativamente modesta en sus aranceles. Estas reducciones arancelarias, si bien positivas, no resultan suficientes para compensar el incremento de costos respecto del año anterior por lo que no logran revertir las tendencias observadas en las relaciones insumo/producto”, afirmó.

Finalmente, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires explicó por qué considera que los productores se encuentran ante un “panorama complejo”.

“Por un lado, las condiciones climáticas resultan propicias para la siembra, debido a las recientes precipitaciones que favorecerían el cultivo de trigo. Sin embargo, esta perspectiva positiva se ve empañada por el impacto potencial del fenómeno climático La Niña, que se espera que llegue a mediados del año, generando dudas en la región núcleo del sector agrícola. Esta combinación de un clima inicialmente favorable para la siembra con una rentabilidad económica desalentadora configura un panorama complejo para los productores, quienes deben decidir si avanzar con la siembra de fina o esperar a la gruesa”, concluyó.