Grupo Las Dos Bandas. AGROVERDAD
Muchos de los productores presentes en la 11º Jornada Soja con Sustentabilidad, se preguntaron cuál era la relación entre la experiencia grupal de productores y el control efectivo de malezas. Los relatos de dos grupos muy distintos de productores del centro y norte de la provincia de Córdoba dieron cuenta de sus casos de éxito y la importancia del intercambio de conocimientos como modo efectivo para avanzar sobre ese dolor de cabeza que representa para el hombre de campo la compleja problemática de malezas que parece haber venido para quedarse.
¿Correr las malezas con la billetera?
Quedó demostrado que no hay escala para tomar la decisión de intercambiar conocimientos y, más aún, interactuar. “Si creen que pueden correr con la billetera a la malezas, están equivocados. Son cada vez más resistentes por la cantidad de productos que hemos puesto para combatirlas en forma ineficiente. La solución es el conocimiento” disparó el Ing. Agr. Lucas Remondino de la cátedra de Protección Vegetal de la UCC e integrante del equipo de uno de los más reconocidos especialistas en la materia, el Ing. Agr. Luis Lanfranconi.
Los crecientes costos que representan los herbicidas hacen que productores chicos y grandes (unos por el temor a quedar fuera del sistema y otros para optimizar su rentabilidad), busquen alternativas grupales para resolver el problema.
El que quiere, puede
Lanfranconid, del INTA Río Primero, coordinó la presentación que hicieron dos grupos de productores bien diferenciados por sus escalas de producción, pero con algo en común: la decisión de unirse para hacer frente a las malezas que les hacían perder producción y rentabilidad.
La experiencia del grupo del programa Cambio Rural de INTA “Las Dos Bandas”de la localidad de Lozada, asesorado por Ernesto Carreño, mostró en los hechos que la reconversión productiva para pequeños y medianos productores es posible. El grupo está compuesto por 8 productores pequeños y medianos que en total explotan unas 1300 has. de las cuales, un 80% son propias y un 20% arrendadas pero con casi todos los factores de producción en contra.
El mayor dilema
Se formaron en 2010 por temor a quedar fuera del sistema. “Tenían una gran necesidad de asesoramiento porque solos no podían” apuntó Carreño.
Entre las limitantes del grupo cuentan con un clima semi árido, 700 mm al año, suelos franco limo arenoso y franco arenosos, capacidad del uso del suelo III y IV, con erosión, materia orgánica del 1% al 2,5%, poca retención de agua, poco rastrojo, pendientes importantes y degradación porque históricamente se trabajó mucho con poroto y maní.
Con ese panorama, el rendimiento de los lotes es muy bajo y se complica controlar las malezas. Y por si fuera poco, es zona de reiterados granizos lo que incrementa los costos y los suelos son muy alcalinos, lo que genera problemas con los herbicidas residuales. No es una zona triguera. El perfil no retiene lo suficiente como para cultivos de cobertura en otoño-invierno.
La presencia de nematodos por la cercanía al Río Segundo y el suelo arenoso, complica el cultivo de soja si no es resistente a ellos.
Al mal tiempo, buena cara
Ante tantas adversidades, se capacitaron. Se asociaron con la única meta de planificar estrategias en conjunto y actuar en consecuencia “Solos no lo hubieran logrado”, agrega Carreño en su presentación.
“Se han capacitado en todo. Monitorio, observación, registro de datos, identificar lotes problemas, las malezas tolerantes, su estructura vegetal viva o muerta, semillas, etc. En definitiva, conocer contra quién pelean. Planificaron una estrategia de control e hicieron difusión interna para resolver esa situación y actuar a tiempo” agregó el coordinador del grupo.,
Estrategias de manejo
Entre las técnicas que aplicaron no hay grandes novedades, solo que efectivamente aplicaron las señaladas por los especialistas luego de recorrer los campos, debatir y buscar asesoramiento en universidades y organismos oficiales. Con estrategias de manejo como la rotación de cultivo, disminución de espacios entre surcos, manejos de fechas de siembras, labranzas localizadas o totales, cultivos de cobertura, herbicidas residuales y rotación de modos de acción, lograron avanzar sobre malezas y problemas comunes que de otra forma no hubieran podido resolver.
A modo de ejemplo, este grupo descubrió que no sabía identificar las malezas ni tampoco sus ciclos biológicos. Diseñaron un calendario estacional que le permite ver cuándo aparecen las malezas y el momento óptimo de control. Otro ejemplo de solución para las malezas fue la implementación de roturaciones localizadas contra gramíneas perennes con capacidad de rebrote.
Los logros del Grupo
Con orgullo, el grupo “Las Dos Bandas” muestra sus logros en la lucha contra las malezas, entre los que se destacan: la toma de conciencia de la gravedad del problema, el acceso al conocimiento a raíz de la búsqueda común de asesoramiento, la aplicación de estrategias de control integrado de plagas y la disminución de costos en la producción como modo sustentable de seguir adentro del negocio.
Si hacemos más de lo mismo
Para el Ing. Luis Lanfranconi lo importante es que el productor agropecuario tome conciencia de que se puede trabajar en grupo y avanzar. “Debemos cambiar el foco de la visión que tenemos del sistema productivo. Hay que mirar qué pasa en cada lote. Y si lo podemos diagnosticar, podemos avanzar en una planificación y así le sacamos ventajas a las malezas. Si seguimos haciendo más de lo mismo, las malezas van a empeorar más y los costos cada vez serán más crecientes. Si trabajamos en conjunto, los resultados pueden ser positivos” señaló.