09/09/2019

Los incendios en la Amazonia impactarán en las lluvias: cuál es el riesgo para el agro argentino

“El efecto de los incendios es una amenaza real; muy probablemente se refleje en un menor transporte de humedad a través del viento norte en el periodo cálido de Argentina”, señaló el doctor en Ciencias Atmosféricas, José Luis Aiello. AGROVOZ

Redacción Agrovoz

Los incendios que, desde julio, están afectando a la selva tropical que comprende la cuenca del río Amazonas podrían tener efectos sobre las lluvias en Argentina. 
Así lo confirmó el doctor en Ciencias Atmosféricas, José Luis Aiello, en una entrevista publicada por la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario. Dijo que son "una amenaza real" y que podrían afectar la cosecha fina y el inicio de la siembra gruesa.
–¿Qué efectos pueden tener estos incendios?
–Los más importantes son la disminución de la evapotranspiración, que es la cantidad de agua que del suelo vuelve a la atmósfera por la evaporación y la transpiración vegetal. Por eso estamos hablando de que habrá en juego una menor cantidad de humedad atmosférica, y por eso menores montos de lluvias. La extensión del incendio va a definir el grado del efecto. Esto está sucediendo en la época seca de Brasil, que va de julio a noviembre.
–¿Qué zonas pueden verse afectadas?
–Estamos hablando de un factor que actúa a gran escala y que es importante para Sudamérica. El efecto de disminución de lluvias por menor transporte de humedad puede afectar en el periodo que va de julio a noviembre al sur de Brasil, Paraguay Bolivia, Uruguay, y al norte y centro de Argentina.
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–Entonces, ¿afectaría a la definición de la campaña triguera y la siembra de la gruesa en Argentina?
–De continuar la magnitud de estos eventos, podrían afectar el transporte de humedad, lo cual sería negativo para el desarrollo de la campaña fina de Argentina. Podrían así generarse algunos pulsos secos o menores lluvias en los meses donde el trigo más necesita agua, o cuando se siembra el maíz y la soja en Argentina.
–¿Por qué podría suceder esto?
–La explicación está en que en Argentina, en los meses de julio a noviembre, los mecanismos de formación de lluvias dependen de los ingresos de humedad junto a circulaciones dinámicas de la atmósfera. El ingreso de humedad en esa época se basa en la que proviene del Atlántico por viento del este o por el anticiclón permanente, en la aportada por los efectos del Pacifico Ecuatorial Central (Niño o Niña). Y la otra fuente de humedad es la que proviene del norte, donde actúa el efecto del Amazonas.
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–¿La mayor amenaza para Argentina está en las lluvias que van de julio a noviembre?
–Tiene que quedar claro, la amenaza es real. El viento norte en ese periodo, y sobre todo a partir de mediados de septiembre que es cuando más influencia tiene la circulación del Amazonas, puede transportar menos humedad según la extensión que terminen teniendo los incendios. El efecto del que estuvimos charlando puede terminar provocando algunos pulsos que no necesariamente provoquen sequía sino lluvias de menor intensidad.
–¿Este efecto podría también sentirse en los cultivos de verano?
–La cosecha gruesa es otra historia, porque a partir de noviembre los flujos de humedad del norte, los que provienen de Brasil, ya son más dependientes del Pacífico Ecuatorial Central. Y los indicadores del Pacífico son aceptables hasta ahora. Al presente estamos en una situación de un Niño de baja intensidad, un escenario aceptable. También hay que ver cómo funcionan los flujos de humedad del Atlántico, ya sea por vientos del este o sea por el anticiclón permanente. Hay que estar atentos a esto porque podría colaborar en que arriben al país lluvias a fin de setiembre.