Las fuertes precipitaciones del final de la semana pasada favorecerán la siembra y los rendimientos del maíz y la soja del ciclo 2013/14, que necesitaban agua en varias zonas productoras que estuvieron semanas sin lluvias. Entre el jueves y el viernes pasados hubo zonas en que cayeron hasta 250 milímetros de lluvias, en particular en Córdoba y el sur de Santa Fe, donde la humedad de los suelos era escasa.
"La situación cambió muchísimo, sobre todo para el maíz. Esto reactivó la siembra, que empieza ahora a avanzar para quienes mantienen la decisión de hacer maíz de primera (implantación temprana)", señaló ayer el analista climático Leonardo De Benedictis, de la consultora Clima Campo.
Si bien las precipitaciones de octubre habían mejorado las previsiones para el cereal, la falta de humedad en algunas regiones llevaron a muchos agricultores a postergar la implantación, iniciada en septiembre, hasta diciembre -que es la época de la siembra tardía o "de segunda"- o a volcarse a la soja. Como comienza en octubre, la siembra de la oleaginosa no se había visto afectada por la falta de lluvias, pero muchos expertos temían a una eventual prolongación del clima seco. Ahora las condiciones han cambiado. "La implantación de soja todavía no arrancó en la zona núcleo, pero una base de agua como la que tenemos sirve mucho. Para la soja, la perspectivas son mucho mejores ahora", añadió De Benedictis.