Lo afirmaron los técnicos del ministerio de asuntos agrarios bonaerense. AMBITO
Las bajas temperaturas registradas en la provincia de Buenos Aires durante estos últimos días no afectarán el cultivo de trigo, "debido a la etapa fenológica en la que se encuentra y los valores de temperatura mínima registrados", informó ayer el Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense.
Los técnicos de la cartera explicaron que "desde el punto de vista atmosférico, una helada ocurre cuando la temperatura del ambiente es igual o inferior a 0º centígrados". Y añadieron que "para que ello se produzca, deberán coincidir algunos fenómenos ambientales como: cielo despejado, viento calmo y poca humedad en el aire favoreciendo la pérdida calórica por irradiación del suelo".
Agregaron que "desde el punto de vista de la climatología agrícola, una helada no es sólo un registro térmico de referencia, ya que distintos vegetales en diferentes etapas sufren consecuencias irreversibles sin que el termómetro llegue a cero".
"El daño o pérdida por heladas se produce por afectación de tejidos susceptibles, en los que aparecen cambios o modificaciones en su estructura y/o funcionalidad. En tal sentido, a cada especie le corresponden valores térmicos orientativos, a partir de los cuales se implementan acciones de reconocimiento y verificaciones de daños a campo", graficaron.
Además, precisaron que las heladas que mayor daño causan no son las que se producen durante el período normal de ocurrencia de este fenómeno, sino las que aparecen fuera de ese término.
"En el oeste de la provincia de Buenos Aires, los cuadros sembrados de manera temprana comienzan a transitar la etapa de macollaje, mientras que el resto de los lotes se encuentran surgiendo o expandiendo 1-2 hojas", agregaron y detallaron que "los núcleos trigueros del sur bonaerense se encuentran en plena siembra".
Durante este período, el daño por heladas se puede manifestar en la presencia de hojas retorcidas, decoloradas, amarillentas y tejido muerto sobre sus puntas.
Sostuvieron que "la manifestación del daño comienza a hacerse evidente a partir de los 3 días de ocurrido el fenómeno, demorando el desarrollo del cultivo que posteriormente, y frente a temperaturas templadas, recuperará su condición de crecimiento".
Explicaron que "un aspecto muy importante es que durante esta etapa, los meristemas, ápices o tejidos de crecimiento no resultan afectados, ya que se encuentran protegidos a nivel del suelo. La temperatura de umbral de referencia es -11º C".
Consideraron que "en términos de pérdida de productividad, la afectación en hojas determina un leve a moderado efecto negativo, en particular dependiendo del tiempo de recuperación posterior al daño".
"Una siembra temprana de trigo en un buen ambiente de producción seguramente compensará alguna pérdida de plantas y de área foliar inicial", finalizaron.