La ola de calor imposibilitó que el maíz tenga campaña récord y que la soja haga una “supercampaña”. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicó el informe con estimaciones nacionales.

Los datos que se revelaron arrojaron que la campaña de maíz perdió 2 millones de toneladas, alcanzando 57 millones de toneladas. En el caso de la soja, es el primer número, pero también estuvo afectado por la ola de calor y alcanzaría 49,5 millones de toneladas.

Soja

La BCR informó que esta campaña habrá una producción por debajo de lo que fueron las campañas hasta 2020. “En virtud de la condición del cultivo, la primera estimación realizada apunta a una cantidad por debajo de lo esperable en las primeras proyecciones”, destacó el informe.

Al mismo tiempo, el documento explicó que con la llegada de El Niño se esperaba superar esa línea de producción. Sin embargo, a partir del 17 de enero se instaló una ola de calor muy larga y severa que dio vuelta el escenario. 

“Si se compara esta estimación con la proyección de principios de enero, el deterioro de los cultivos llevó a un fuerte recorte de 2,5 millones de toneladas. Este recorte no ha sido mayor gracias a las lluvias claves que cayeron entre el 7 y el 14 de febrero”, informó

También se abrió un signo de pregunta sobre lo que resta de la campaña. “Siempre teniendo en cuenta que queda un buen trecho hasta la cosecha, la realidad es en muy poco tiempo se han producido enormes cambios en el escenario agrícola”, detalló.

Maíz

En este caso, la ola de calor generó un impacto negativo. “Se estima una caída en la estimación de producción de 3,4 %, frente al guarismo de enero. Con un rendimiento de 76,9 qq/ha a nivel nacional, se prevé una producción de maíz 2023/224 de 57 millones de toneladas”, planteó la BCR.

“Más allá de que falta un buen tiempo para que se materialice la cosecha en toda su magnitud, hoy ya existen algunas preocupaciones. En los maíces tempranos, que representa el 35 % del total sembrado, el golpe de calor amenaza con un adelgazamiento del peso del grano, lo que podría dejar pérdidas de 10 % a 15 % respecto del rinde esperado en las áreas más afectadas”, destacó el informe.

En el caso de los cultivos tardíos hay grandes niveles de daños, que llegan a superar el 50 % del rendimiento potencial y hay una gran incógnita respecto del resultado que pueda concretarse. “Los tardíos que se sembraron más tarde y lograron sortear esas semanas fueron beneficiados por las lluvias de la segunda semana de febrero. Sin embargo, es muy importantes que reciban nuevos aportes en los siguientes días para afirmar la recuperación y sostener el potencial de producción maicera 2023/24 que se estima”, señaló el informe.