El problema de las malezas es bastante común en los campos de Estados Unidos y de la Argentina. Productores buscan mecanismos de prevención. NAP
BUENOS AIRES (NAP) El yuyo colorado, una de las malezas más rebeldes para ser combatida, conocida como Amaranthus, en la Argentina, es considerada también en los Estados Unidos como una de las principales malezas con una mayor presencia en los lotes cultivados con maíz, algodón y soja.
Así lo entendió el especialista en herbicidas Dave Feits, en una reciente jornada referida al problema de las malezas, organizada por Magán, donde explicó que fue testigo presencial de la importancia de esta problemática que afecta a los productores estadounidenses y argentinos.
Feits marcó también las diferencias pero sobre todo las similitudes que existen entre las malezas resistentes a glifosato en USA y Argentina, justamente el Amaranthus fue la que ocupó el lugar central de su ponencia y sostuvo que “en EEUU, el 75% de los productores dicen tener un problema de resistencia de malezas a glifosato. Y entre ellos, más de la mitad está hablando de Amaranthus”.
Como especialista malezas se acerca cotidianamente a esta problemática con la que los productores están lidiando todos los días y puede dar cuenta de la severidad de su avance.
El investigador relató la sospecha de resistencia en un lote de producción en el que se aplicó Glifosato a soja para el control de Amaranthus.
“Con una aplicación de 3.5 l/ha, más que la recomendación para Amaranthus, el resultado mostró a algunas plantas controladas, algunas con brote de yemas axilares y otras con recuperación en la yema terminal. Se confirmaron malezas totalmente resistentes y producción de semillas”.
En lo que hace a esta maleza, el especialista refirió que se ha demostrado que en solo 3 años, si no se lo controla a tiempo, el lote estará completamente infestado. Será obra del viento, los animales, las cosechadoras, las sembradoras y el agua, que trasladan las semillas.
Entre las resistencias múltiples más comunes en LOS Estados Unidos, el conferencista mencionó que Amaranthus palmeri y Amaranthus tuberculatus tienen comprobada resistencia a Glifosato + Inhibidores de la ALS, del mismo modo que Conyza.
Por su parte, Amaranthus tuberculatus es resistente a Glifosato + Triazina: “Hasta el 50% de la población analizada presentaba ambas resistencias a glifosato y atrazina. La resistencia a Atrazina es metabólica, no de sitio específico, tiene poco costo fisiológico, puede expandirse por polen y todavía es controlable con metribuzin”.
Los modos de acción más efectivos incluyen a las chloroacetamidas, dinitroanilinas, e inhibidores de PPO, al tiempo que los productos post emergentes selectivos mencionados por Dave incluyen a los inhibidores de PPO: fomesafen, lactofen y acifluorfen.
En cuanto a los productos de quemado no selectivos: dicamba y 2,4-D (“aunque vale decir que 2,4-D es más efectivo”). “Actualmente se está evolucionando hacia resistencia a las aplicaciones Post de PPO; Las aplicaciones PRE siguen siendo efectivas en estos biotipos”, advirtió el destacado conferencista.
Recomendaciones para Amaranthus
Dave Feist arrojó una serie de recomendaciones basadas en su experiencia en USA, frente a la audiencia de expertos nacionales que prestaba suma atención:
• “Aplicar una dosis llena de herbicida residual no antes de 7 días previos a la siembra (dinitroanilina o chloroacetamida + inhibidor del PPO).
• Aplicación en post emergencia de glifosato a A. palmeri de 3 a 5 pulgadas (7-13 cm)
• Monitorear el lote 7 días luego de la aplicación POST. Si el control de A. palmeri fue inadecuado, aplicar con un inhibidor del PPO (lactofen, fomesafen or acifluorfen).
• Re-monitorear el lote dentro de los 10-14 días; Si alguna planta sobrevive a la segunda aplicación, arranque las plantas y sáquelas del lote”(Noticias AgroPecuarias)