“La verdad es que lloramos mucho cuando vimos en qué se convirtió todo, en hierros retorcidos. Pero recién mi viejo nos mandó un mensaje en el grupo de que nos vamos a recuperar, que vamos a trabajar para recuperar todo. Le vamos a poner el pecho”, comenzó Santiago.
Daghero se sorprendió la fuerza del viento y los daños que ocasionó. Le llamó la atención que los motores que tienen cada uno de los silos, abulonados a un bloque de cemento, fueron arrancados de cuajo.

“En agricultura tenemos el círculo cerrado,
hacemos siembra, cosecha, pulverización, transporte de grano, todo nosotros”, mencionó, mientras dijo que esto los corta al “medio”, porque ya no van a poder contar con la planta.
Esta situación no les permitirá almacenar el cereal que deben cosechar, ni siquiera transportarlo, ya que afecto a los camiones. “El galpón donde hacíamos la fábrica para hacer el pellet de alfalfa, se inundó todo;
nos dobló unos fierros que son de unas máquinas, de unas prensas, la zona de tableros, que era por ahí lo más caro hoy en día, se mojó todo, cayó un fierro bien adentro que rompió casi todo”, remarcó.