Se estima que este año se vendieron unos 650 equipos de esta tecnología, 100 más que el año pasado; se busca cada vez más precisión. Fernando Bertello | LA NACION

No es ciencia ficción: la automatización es un fenómeno que, a paso acelerado, va consolidándose cada vez más en el campo.

Según un informe de Andrés Méndez, referente en agricultura de precisión de INTA Manfredi, la venta de pilotos automáticos se ubicó este año en unos 650 equipos, 100 más que el año pasado.

De esta manera, se confirma el boom de esta herramienta, que tenía sólo 25 equipos en 2005 y el año pasado ya contaba con un total de 1150 equipos en uso.

"La maquinaria que mayormente la incorporan [por la tecnología] son tractores que guiarán a una sembradora o fertilizadora, pulverizadoras autopropulsadas y cosechadoras", dijo Méndez.

Para los productores o contratistas, los pilotos automáticos apuntan a un par de cuestiones clave: entre otras, un trabajo más prolijo, reducir solapamientos o zonas sin pasar, mayor eficiencia en la máquina [la plataforma de la cosechadora puede trabajar, por ejemplo, siempre con su ancho entero] y disminuir pérdidas, como el caso del arrancado del cultivo de maní.

También en la producción de papa permite realizar "un trabajo perfecto desde la siembra a la cosecha" del cultivo.

Pero hay más puntos a favor: se pueden hacer labores por la noche con precisión. Y hasta el operario gana con estos sistemas de guía automática con GPS y señales de corrección satelital para el posicionamiento de los equipos.

"El factor común es la precisión y el automatismo en el manejo, lo que facilita y mejora el trabajo del operario. Las máquinas pasan a ser robots autoguiados. A futuro se acrecentará este sistema y aumentarán las combinaciones con sistemas láser y/o radares para guiar a la maquinaria con mayor seguridad", explicó el experto de INTA.

Ya hay pilotos automáticos que también mueven el equipo en la cabecera del lote, es decir, una vez que pasó por la línea de trabajo asignada para su tarea.

Pero, de acuerdo con Méndez, por cuestiones de seguridad no se realiza aún, ya que para mejorar la seguridad del equipamiento se deben combinar con sistemas como radares o sensores infrarrojos.

MÁS PRECISIÓN

"Los sistemas más precisos cuentan con la aumentación de la señal por medio de antenas base colocadas cada una a cierta distancia", afirmó Méndez.

"Hoy se puede contar con prácticamente todo tipo de coberturas, partiendo de errores de 3 cm hasta los 20 centímetros, según el sistema que se coloque", añadió.

Según el experto de INTA, en el último Farm Progress Show, la muestra de tecnología a campo más conocida de los Estados Unidos, la empresa Trimble lanzó el sistema RTX, que trabaja con una precisión de 4,5 centímetros.

"La corrección [de la señal] la obtiene de un satélite geoestacionario que actualmente no está operando en nuestro país, pero sí puede trabajar con un error algo mayor si trabaja con redes de antenas celulares", señaló el técnico.

Para Méndez, el sistema más preciso sigue siendo RTK, que corrige el error por medio de antenas base colocadas cada 18 kilómetros de radio de cobertura, alcanzando una precisión de 3 centímetros de error en el mejor de los casos.

"El sistema RTX más completo también trabaja con antenas base en tierra, pero toma la corrección de un satélite geoestacionario y logra una aumentación de la señal instantánea por medio de antenas base tipo RTK colocadas cada 100 km de radio, logrando el error de 4,5 centímetros", explicó Méndez.

En la actualidad existe un abanico de marcas de piloto automático importado. Entre las más conocidas figuran Trimble, Outback, Raven, Ag Leader y Topcon.

Mientras tanto, "de origen nacional existen actualmente Verion y Plantium, como alternativas más conocidas", según señaló el técnico del INTA.

El valor promedio de un piloto automático hoy es de 15.000 dólares. El valor de esta tecnología es variable, depende de la precisión que se pretenda alcanzar y del equipamiento, pero ese precio promedio puede ser un punto de referencia.