10/07/2014

El monocultivo desarrolló "monobacterias" o algo así...

Se dio un proceso de "homogeneización de comunidades bacterianas", según el Conicet. No ocurrió lo mismo donde hubo alternancia de cultivos.

BUENOS AIRES (NAP). La falta de rotación de cultivos provoca la homogeneización de las comunidades bacterianas del suelo, aseveró un estudio de técnicos argentinos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas que fue publicado en la revista Environmental Microbiology.

“Esto está dado por el desplazamiento de especies endémicas, es decir de las que son propias de cada localidad, y su reemplazo por otras comunes a todas las regiones, es decir, aquellas especies que pueden proliferar en un amplio rango de condiciones ambientales”, explicó la investigadora del Conicet, Eva Figuerola, primera autora del trabajo, junto al grupo de Leonardo Erijman, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (Ingebi).

En el estudio se encontró también que la diversidad regional de especies bacterianas en los suelos manejados con buenas prácticas agrícolas fue similar a la de los ambientes naturales no cultivados. “Este trabajo sugiere que un adecuado manejo agrícola puede ser muy importante para conservar la diversidad de microorganismos que posee el suelo”, remarcó Erijman.

Cómo fue

Figuerola y Eijman trabajaron en el marco del proyecto interdisciplinario Biospas, cuyo fin es entender la relación entre los microorganismos y el manejo de los suelos bajo siembra directa. La diversidad y dinámica de las comunidades bacterianas se determinó mediante la metagenómica. "Es una herramienta que se aplica para investigar una comunidad ambiental, con infinidad de organismos con distintos genomas, que no se pueden separar unos de otros”, indicó Erijman.

Durante tres años se estudiaron campos agrícolas de Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos, en suelos manejados con una rotación casi nula de cultivos, por un lado; y manejos con buenas prácticas agrícolas (rotación de cultivos de soja, maíz, trigo y otros, y reposición de nutrientes). Además se tomaron como referencia muestras de terrenos no cultivados cercanos a cada uno de los sitios nombrados.

“Analizamos un total de 108 muestras que representan diferentes prácticas agrícolas, localidades, tiempos de muestreo y réplicas. El hecho de trabajar a escala regional resultó clave para poder relacionar la diversidad bacteriana con el manejo del suelo”, dijo Erijman a Jimena Naser, de Prensa Conicet. (Noticias AgroPecuarias)

GQ