17/02/2014

El fitopatólogo Marcelo Carmona recomienda el manejo químico en los cultivos

 El control de las enfermedades. LA NACIÓN

En estas circunstancias de excesos hídricos el productor se enfrenta a dos problemas en el cultivo de soja, dijo el fitopatólogo de la Fauba Marcelo Carmona. "Uno es el de las enfermedades foliares que son las de fin de ciclo (EFC), y el segundo, el hongo de suelo, que provoca lo que se denomina muerte súbita cuya infección aparece con la lluvia y el productor la advierte cuando va a cosechar y se encuentra con manchones de plantas muertas. El problema en este segundo caso es que ningún fungicida llega hasta la raíz, por eso hay que mezclarlos con fosfitos, que le dan defensas a las raíces", explicó.

Agregó Carmona que en el norte de Buenos Aires y en Entre Ríos la soja está en los estadíos R3 y R5, que son los períodos críticos y cuando se definen los rendimientos. "Por eso los productores están controlando. Esta campaña el control con fumigación alcanzará el 70 % de la superficie sembrada, cuando en la pasada fue del 40%", señaló,

En ese sentido Carmona señaló en un trabajo claves para conocer mejor el control y el manejo químico de las EFC de la soja. Una síntesis de sus recomendaciones son las siguientes:

Hay una relación entre la precipitación y la severidad las EFC estimada entre los etapas R6-R7 que permite predecir la intensidad de ataque en base a las lluvias caídas o pronosticadas entre R3 y R5.
La cuantificación visual de las EFC no es un buen estimador para prever o estimar reducciones en el rendimiento y productividad de la soja. Por lo tanto, se podrían subestimar folíolos "aparentemente" sanos que están infectados en forma latente.
La aplicación de fungicidas a base de la cuantificación visual de síntomas tiene un valor limitado, errático e inestable.
El beneficio potencial de la acción de los fungicidas en el rendimiento de soja depende de la cantidad de lluvia registrada en el intervalo R3-R5, pero el momento preciso de la aplicación dependerá del ambiente y las lluvias durante dicho período crítico.
No se recomienda aplicar fungicidas tomando como criterio principal el efecto fisiológico de los fungicidas a base de estrobilurinas sin considerar las lluvias entre R3 a R5, y el cultivo antecesor.
Probablemente, la actividad protectora de las estrobilurinas mejoraron el control de las EFC, particularmente en años lluviosos cuando estos patógenos son más activos otorgando además mayor período de protección. No aplicar desde R5.5 en adelante, mezclas que contengan estrobilurinas.
En años de bajas precipitaciones entre R3 y R5 la aplicación de fungicidas puede resultar en un margen neto negativo.
En años en donde durante el período entre R3-R5 presente 100 milímetros o más, es recomendable aumentar la dosis comercial de la mezcla de estrobilurina y triazol hasta un 20 por ciento.
La respuesta en el rendimiento es mayor para las aplicaciones en R3 en comparación con las de R5.

Con períodos lluviosos entre R3-R5, monocultivo y presencia de inóculo o síntomas de EFC en el campo, comenzar a pulverizar los lotes con mayor riesgo.
EN MAÍZ

Dentro de los problemas sanitarios que se han registrado con mayor frecuencia en la región central con el maíz están las podredumbres de semilla y tizones de plántulas; las manchas foliares; la roya común y las podredumbres de raíz y tallo.

Los fungicidas a base de estrobilurina más triazol son los más efectivos para el control de estas enfermedades.