La Argentina, líder mundial por su expansión geográfica. LA NACION
ROSARIO (De un enviado especial).- Franco Di Pietro, productor de la localidad de Camilo Aldao, en la provincia de Córdoba, que trabaja con manejo por ambientes y agricultura de precisión, elaboró un decálogo sobre dónde empezar con esta tecnología. Se resume en los siguientes puntos:
- Tener equipamiento específico (mapeo, sembradora variable, fertilización variable, etcétera) o contratar equipos que hagan este trabajo hasta ganar conocimiento.
- Capacitarse en el uso de la tecnología y en algún software para armar y analizar mapas.
- Conocer, de ser posible, la historia de los lotes.
- Si no se cuenta con registros de mapas de rendimiento anteriores, se pueden utilizar imágenes satelitales de años anteriores en períodos de floración para determinar índice verde o hacer un estudio del suelo, que puede ser de conductividad eléctrica acompañado por análisis de nutrientes.
- Salto tecnológico
Di Pietro pasó de tener en 2006 un sistema de mapeo satelital en una cosechadora John Deere a disponer, entre otros equipos, de una sembradora de grano grueso Erca con doble fertilización variable y dosificación variable de semilla y un pulverizador Metalfor autopropulsado con corte de ocho secciones automático, mapeo satelital, dosificación variable y piloto automático.
Para este productor el uso de la tecnología le posibilitó un mayor conocimiento de los lotes, hacer un manejo de ellos por sitios específicos y poder dosificar insumos según las necesidades nutricionales de los cultivos del campo.
Además, pudo aplicar fertilizantes en ciclos más avanzados de los cultivos, cuando lo requieren, y apuntar a una "menor contaminación del medio ambiente aplicando solamente lo necesario y no en exceso".
El manejo por ambientes también le abrió la puerta para un control más detallado de las labores en cada campo, ya sea arrendado, propio o por trabajos a terceros. De hecho, según este productor cordobés, la tecnología le abrió "un abanico más grande de posibilidades en servicios a terceros".
A la hora de llevar a la práctica la tecnología, Di Pietro primero hizo un promedio de tres años de rinde en soja (2007/ 2008, 2008/2009 y 2009/2010) y tomando el mapa promedio realizó una serie de muestreos en las diferentes zonas para ver cómo estaban de nutrientes.
Luego, sobre la base de los resultados de esos análisis confeccionó el mapa de dosificación variable de fósforo para soja de acuerdo con las características de cada zona. Este es un ejemplo de lo que hizo con uno de los cultivos que produce.
Por supuesto que también mejoró la rentabilidad, como ya contó en la entrevista conjunta con Santiago González Venzano, de Solapa 4, y Gustavo Almassio, de la regional Necochea de Aapresid (ver aparte).
Conocimiento
En tanto, para Santiago González Venzano, un punto clave es que el productor "converse" con otros en una red colaborativa sobre los datos que genera. Es que, en medio de este proceso, "una novedad fuerte" es que la misma operación del productor empieza a generar conocimiento. Ya no viene de la "academia" o los centros de conocimiento.
"Antes, el conocimiento venía de la academia, de los centros de conocimiento y era para educar al productor. Pero hoy el productor tiene mapas y un montón de datos. La investigación tiene que empezar a mirar la operación [del productor] porque ahí están los conocimientos. Por su parte, el productor tiene que conversar sobre los datos que se generan", subrayó.
Por su parte, para Gustavo Almassio lo que hay que hacer es "abrirse un poco e integrarse".