El manejo integrado de plagas (MIP) es un pilar importante de las buenas prácticas agrícolas, debemos trabajar y ocuparnos para que no quede en una simple expresión de deseo. Para esto debemos ser profesionales y empezar entendiendo que todo lo que aprendemos sirve si después lo aplicamos, lo que hacemos sirve si tiene lógica científica, y lo que hacemos sirve si luego lo cuestionamos.
Según la FAO, un MIP es "un sistema de regulación de las poblaciones de los diferentes agentes nocivos que, teniendo en cuenta su medio ambiente particular y la dinámica de las poblaciones de las especies consideradas, utiliza todas las técnicas y métodos apropiados de forma compatible, a fin de mantener las poblaciones de estos agentes nocivos en unos niveles que no causen daños económicos".
O sea, ¿cómo podemos construir un MIP? Basándonos en el conocimiento disponible y utilizando todas las herramienta que tengamos disponibles y sean factibles de utilizar para regular las poblaciones de plagas en función al daño potencial que le pueden causar al cultivo en cuestión, teniendo en cuenta y conociendo a la plaga, el cultivo, los benéficos y el ambiente.
¿Cómo necesitamos que sea un MIP? Con base científica, con objetivos claros, flexible y adaptativo en el sentido de que sea una mejor continua.
¿Cuál es el rol del ingeniero agrónomo? Debemos ser lo más profesionales posibles, y en este rol jugar a desempeñar muchos roles, de cosas que aprendimos en la facultad (ecología, biología, etc) y otros que no tanto (ser humanos, médicos, etc), y apoyarnos en un montón de disciplinas que nos enseñan y nos brindan su conocimiento.
A la hora de monitorear precisamos tener una idea y un plan para comenzarlo (plan de monitoreo, mucho más lindo que la horrible palabra "protocolo"); tener en cuenta el tiempo, con qué periodicidad debemos ir a los lotes, esto dependerá según cada zona, momento del año y condiciones ambientales; cómo recorrer el lote/ambiente: diagonal, w, x, caminando desde los bordes, esto va a depender del plan de cada uno, pero es importante que en lotes chicos tenga al menos 3 estaciones en las cuales nos detengamos a observar y medir.
Mientras vamos recorriendo ir observando, ir a los distintos ambientes, observar las cabeceras (lugar donde muchas veces empiezan los problemas); tener presente qué adversidades puedo encontrarme en cada etapa del cultivo o año; contemplar las condiciones ambientales recientes; cómo voy a medir, qué herramientas voy a utilizar (paño vertical, lupa, marcos de superficie conocida, cuchillo, etc); registrar, llevar un diario de viaje es fundamental ( en papel, teléfono, Tablet, app) para poder ir viendo la evolución de las situaciones (la película y no la foto) y así poder ir evaluando si las adversidades están avanzando, retrocediendo o estables, y para que la información nos sirva también otros años, o a otros exploradores que puedan venir luego de nosotros.
Tenemos que tener la frialdad de poder tomar decisiones basadas en los umbrales de acción, los cuales muchas veces fueron generados para otras zonas o realidades productivas, pero nos sirven de forma orientativa, tenemos que tener la grandeza y humildad de consultar a colegas o especialistas cuando la información con la que disponemos no nos alcanza o creemos/sabemos que hay alguien que nos puede ayudar, y tomar las experiencias previas de productores, colegas, puesteros, encargados, operarios, etc.
Llegado el momento de recetar un "remedio" (fitosanitario), conocerlos, tener en cuenta su modo de acción, velocidad de acción, residualidad, y su impacto en el ambiente, benéficos, otras plagas y la sociedad.
Resumiendo, para poder implementar un real MIP es fundamental conocer los lotes, identificar distintos ambientes y zonas problema, conocer el comportamiento genético de las variedades/híbridos, el ciclo de vida de la plaga, maleza o enfermedad, el momento crítico del cultivo en relación a la adversidad, disponer de umbrales de acción y adaptarlos a nuestra realidad, tener en cuenta el estado del cultivo, el contexto temporal y espacial, el clima, los enemigos naturales, las herramientas disponibles y nuestra actitud!
Debemos jugar a estar siendo todos estos roles de forma profesional, sin perdernos en ellos, teniendo claro nuestros objetivos y si día a día las acciones que llevamos a cabo nos acercan a estos objetivos.
Cada paso en el MIP es parte fundamental que nos ayuda a construir un cultivo (o a destruirlo), con su rendimiento y calidad deseados, acompañando al productor en su objetivo y cuidando el medio ambiente. Y siempre, pero siempre. profesional-mente.
El autor integra Agroestudio Viento Sur SRL
Por: Esteban Bilbao