Especialistas y técnicos afirmas que los problemas de resistencia y tolerancia crecerán y será necesario adaptarse a una agricultura más compleja. Fernando Bertello | LA NACION
Hay una mala noticia desde el punto de vista productivo: la agricultura que en la historia reciente podía hacerse fácil, sin demasiadas vueltas y hasta con un costo relativamente razonable para el control de malezas, parece haber terminado. Las malezas tolerantes y resistentes a determinados herbicidas, como el glifosato y otros, pusieron contra las cuerdas ese sistema. Y ahora obliga a replantear todo: explorar nuevos conocimientos, recuperar otros que habían sido archivados, pensar en otras combinaciones de productos y prácticas agrícolas. En fin, proyectar que viene una agricultura más compleja. Es la opinión unánime entre los especialistas.
"Las malezas tolerantes y resistentes a glifosato terminaron con un sistema que parecía fácil. La adopción de variedades transgénicas resistentes a glifosato ayudó a expandir la frontera agrícola e igualó a los productores hacia arriba. El sistema permitía utilizar el mejor de los herbicidas y siempre era eficaz, sin importar el tamaño de la maleza ni el momento de aplicación", dijo Marcelo de la Vega, profesor adjunto de la cátedra de terapéutica vegetal de la Universidad Nacional de Tucumán.
De la Vega advierte un nuevo escenario que implicará más conocimiento y mayor atención por parte de agrónomos y productores.
"El sistema será más complejo e implicará conocimiento. También aumentarán los costos, el uso de preemergentes, combinaciones de postemergentes, mezclas de productos. Un capítulo aparte será la tecnología de aplicación, pastillas a utilizar, volúmenes de agua, condiciones ambientales", dijo. "En el sistema simple se podía prescindir del técnico; en un sistema complejo el mismo es imprescindible", agregó.
El especialista de la Universidad Nacional de Tucumán prevé una agricultura con mayores costos.
"Hoy el costo sin problemas de malezas podría estar entre 35 a 45 dólares y se iría a entre 90 y 120 dólares", calculó.
Para Luis Lanfranconi, técnico del INTA Río Primero y titular de la cátedra de protección vegetal de la Universidad Católica de Córdoba, el nuevo panorama "no necesariamente" significa el fin de la agricultura fácil. Pero sí requerirá más planificación.
"En los lotes que tengan problemas con malezas resistentes o tolerantes duras el productor se verá obligado a planificar el lote para abordar la problemática. Esto es, elegir herbicidas y mezclas de ellos para utilizar, cultivo a rotar, fecha de siembra contemplando la problemática de la maleza presente, ajustar densidades de siembra si fuese necesario, realizar aplicaciones pos emergentes de herbicidas, retirar a mano las plantas que al final se escapen no dejando que las mismas semillen en el lote y, por último, controlar la cosechadora y su limpieza para evitar que la contaminación llegue a otros lotes", apuntó.
Lanfranconi afirma que la respuesta a esta problemática podría venir del lado de la biotecnología.
"La respuesta no estará en la química por ahora. No se visualizan nuevos mecanismos de acción en un futuro mediato. La respuesta será biotecnológica, nuevos eventos con resistencia a determinados herbicidas", opinó.
El experto del INTA sostiene que habrá más necesidades de conocimiento "no sólo de la maleza y su biología, sino de los herbicidas, sus mezclas, interacciones con los suelos, persistencias".
AGRICULTURA MÁS COMPLEJA
Para Martín Marzetti, gerente del programa de malezas resistentes de Aapresid, una agricultura más compleja implicará tener en cuenta muchas variables para tomar decisiones. "Cada lote necesita una recomendación especial, según las malezas presentes, el tamaño, la época del año, el cultivo anterior y siguiente", señaló. Y precisó que el actual escenario "exige dedicarle más cantidad de tiempo por hectárea para tomar bien esas decisiones".
Marzetti ve el regreso de productos que estaban fuera del mercado. Y deposita esperanzas en la biotecnología. "Volverán a comercializarse productos que estaban fuera de mercado por falta de uso. Se usarán más mezclas de activos para poder controlar mayor espectro de malezas y, a la vez, bajar el riesgo de resistencia. Y también vendrán nuevas formulaciones para evitar deriva de productos, mejorar las aplicaciones, etcétera. La biotecnología traerá cultivos resistentes a más herbicidas, lo que permitirá controlar malezas con más herramientas luego de establecido el cultivo", indicó.
Mientras tanto, "la receta" con la cual se manejaba el agrónomo está cambiando y deberá retomar conocimientos que tenía adquiridos.
"Debe volver a los conocimientos básicos de malezas, herbicidas, manejo integrado. En cada capacitación que organizamos se supera el cupo de técnicos que se inscriben, lo que manifiesta el interés", indicó.
Para Ignacio Olea, técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres de Tucumán, suele haber una reacción tardía frente a las malezas porque se acostumbra a actuar cuando ya ocupan un porcentaje importante del lote. "Generalmente las descubrimos [a las malezas] cuando ya cubren más del 20% de la superficie de un lote", cuenta.
¿Y ahora? Según el especialista, habrá que realizar un manejo que evite nuevos inconvenientes.
"Los herbicidas que se anuncian en nuestro país pertenecen a los grupos que ya conocíamos y tienen los mismos riesgos para el desarrollo de resistencias. Si manejamos mal los productos que vienen a solucionar los problemas creados con el glifosato, existe una alta probabilidad que se produzcan nuevos cambios en la dinámica de las malezas", alertó.
Olea destaca que inclusive durante la llamada agricultura fácil la resistencia y la tolerancia de las malezas al glifosato estuvieron presentes. De 2007 a la actualidad, pasó de 2 a 12 el número de biotipos resistentes.
Si en medio de la agricultura fácil ya estaban estos problemas, ¿qué pasó entonces? Según el técnico, "la facilidad radicaba en ignorar el crecimiento de estos problemas y en ahorrar los recursos que debían destinarse a prevenir su evolución [de las malezas]".
Hay que tenerlo en cuenta: este problema ya no se puede ignorar.