El dinero a girar para planes sociales rondará los $1.800 millones mensuales. BAENEGOCIOS
Representantes del sector agroindustrial le llevaron al candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, su apoyo económico en el plan para erradicar el hambre por el cual ofrecieron un aporte mensual de $1.800 millones. El mismo llegará siempre y cuando el futuro gobierno no implemente políticas del pasado, como fue el cierre de los mercados externos y el control de precios sobre los commodities.
Exportadoras, semilleras, bolsas de cereales y algunas entidades del campo, le explicaron a Fernández, quien estuvo acompañado por Daniel Arroyo, Sergio Massa y Santiago Cafiero, que la industria está dispuesta a traspasarle el 1% de las ganancias del sector con el fin de que este llegue a las familias que mas lo necesitan a través de una tarjeta "alimentaria".
Según fuentes del sector, se estima que con ingresos por US$36.000 millones en 2018 el aporte por mes llegaría a los US$30 millones, es decir unos $1.800 millones.
La idea es que el dinero sea administrado por un fideicomiso establecido en el Banco Nación, entidad que girará directamente los fondos a los beneficiarios de la mano de la Anses. En ese sentido, se conformará un Consejo Asesor con representantes privados y públicos para un control de los ingresos y egresos.
BAE Negocios tuvo acceso al documento donde los actores de la cadena sostienen que para llegar a esta "ayuda" se deben dar una serie de condiciones del lado del futuro gobierno como es que la exportación se pueda hacer "sin autorizaciones previas ni restricciones de ventas" y principalmente con "retenciones acordes y con sensibilidad de mayor producción y mas ingresos".
"Esto no quiere decir que si no se da una cosa, se quita lo otro", coincidieron las fuentes, no sin antes reconocer que "Macri también prometió no poner mas las retenciones y luego paso lo contrario" sin embargo "hubo coincidencia absoluta de intereses y de visiones con Fernández".
A cambio, la agroindustria se comprometió "a trabajar en ampliar la superficie de siembra de trigo, soja, maíz, girasol, cebada y aumentar la producción de leche y carnes", según se puede leer en el documento que se llevó Arroyo, "para esto es necesario exportar más todos los años y procesar todo lo que podamos", afirman.
Un tema no menor es que el costo financiero que hagan las empresas será trasladado al productor y/o consumidor. Ambos eslabones podrán ver por una parte, una merma en los precios de sus granos y el otro, un aumento de los alimentos.
Lo cierto es que el plan no es apoyado por todos y algunos "se cortaron solos", dicen en el sector. Es el caso del director general de Syngenta, Antonio Aracre que adelantó la medida y que hoy busca explicar puertas adentro de su compañía, el por qué participó del acto del pasado 7 de octubre cuando Alberto presentó su plan. Afirmó -a sus jefes de Brasil y Suiza- que fue engañado y que pensó que iba a una reunión de "agricultura".
Por su parte, la Sociedad Rural Argentina decidió dar un paso al costado al entender que el campo aporta suficiente vía impuestos, aunque no es menor su postura política a favor de Macri. Tampoco participó la Federación Agraria, que hoy tiene una fuerte interna con otra línea liderada por el ex presidente de la entidad, Omar Príncipe.