El ministro de Economía, Luis Caputo, reiteró que la eliminación de las retenciones al campo es una prioridad para el Gobierno, aunque reconoció que todavía se necesita tiempo para alcanzar ese objetivo. En un mensaje publicado en su cuenta de X, el funcionario pidió al sector “confianza y paciencia”, mientras desde el interior productivo se multiplican los pedidos de alivio urgente, sobre todo de cara a la campaña 2025/26.
“El campo también será próspero”, escribió Caputo, y recordó que Javier Milei prometió eliminar las retenciones durante su presidencia. A su vez, destacó medidas ya implementadas, como la quita de derechos de exportación para las economías regionales, la carne porcina, los lácteos y los novillos, así como la eliminación del impuesto PAIS para ciertos insumos y la habilitación para importar maquinaria usada.
Sin embargo, los productores que alquilan tierras (se calcula que el 70% de los agricultores opera bajo esa modalidad) enfrentan un escenario sumamente complejo, donde la presión fiscal sigue siendo alta y los márgenes serían negativos. En ese contexto, si bien el Gobierno muestra disposición, todo parece indicar que los tiempos de la economía política no coinciden con los que necesita y reclama el campo.
Un reciente trabajo elaborado por el productor y exsecretario de Agricultura, Néstor Roulet, pone cifras concretas a esa preocupación. Según sus estimaciones, los productores arrendatarios de soja enfrentarán un quebranto total de US$1141,8 millones en la campaña 2025/26 si no hay cambios en las condiciones actuales. En un campo típico de la zona núcleo, los márgenes brutos para quienes alquilan resultan negativos en US$90,62 por hectárea, mientras que el Estado, en sus distintos niveles, recauda US$467,4 por hectárea sin arriesgar nada.
Roulet calculó que, en total, el Estado se quedará con más de US$10.855 millones derivados de la producción de soja, a través de impuestos nacionales, provinciales y municipales.
Las declaraciones de Caputo se produjeron días después de la reunión entre el presidente Javier Milei y la Mesa de Enlace, ocurrida en el inicio de la Exposición Rural. Allí, según informaron los dirigentes agropecuarios, el Presidente se comprometió a que las retenciones serán el próximo impuesto en ser eliminado, aunque sin establecer plazos concretos.
La mirada del agro ahora está puesta en el acto inaugural oficial de la Exposición Rural de Palermo, que se celebrará el próximo sábado a las 11 de la mañana. Ya está confirmada la presencia del presidente Milei como orador central, en un discurso que podría marcar definiciones clave para la próxima campaña agrícola, tal como ocurrió el año pasado, cuando Milei adelantó varias medidas en favor del campo que se concretaron a los pocos días.
En el sector crece la expectativa por un posible anuncio sobre la eliminación de retenciones en ganadería, lo que implicaría un bajo costo fiscal y se convertiría en un gesto para el agro. Sin embargo, todos en el agro tienen el ojo puesto en lo que ocurre al día de hoy con las retenciones, que tras una baja temporal volvieron a los valores habituales.
En cuanto a este punto, vale la pena repasar algunos párrafos del discurso de inauguración de la muestra del titular de la SRA, Nicolás Pino, cuando hace un año destacó tres aspectos que consideraba fundamentales para mejorar la realidad productiva de quienes trabajan la tierra.
En aquel entonces, Pino detalló que era urgente atender “la cuestión impositiva” y precisó que “los productores seguimos agobiados por los derechos de exportación —conocidos como las retenciones—, que tratan en forma desigual al campo, en comparación con los demás sectores económicos y productivos. Las retenciones son un impuesto distorsivo, discriminatorio y confiscatorio. Si se eliminara, surgiría la respuesta inmediata del aumento en la producción, en el empleo, y, en definitiva, en la recaudación de otros impuestos más equitativos”.
Mas adelante en su discurso, Pino insistió: “Sr. Presidente: los productores necesitamos la certeza de que usted eliminará las retenciones. Si seguimos trabajando es porque confiamos en su palabra”. La pregunta que muchos se hacen es cuál será la reacción de las tribunas de la tradicional exposición cuando se vuelva a hablar de este tema.
Por último, vale señalar lo que sí hizo el Gobierno, que en el último año avanzó fuertemente en otro de los reclamos del ruralismo que también se mencionaron en aquel entonces: se eliminaron trabas impositivas injustas, las superposiciones entre impuestos nacionales, provinciales y municipales, pero especialmente se atendió un tema que para el agro era crucial: los diferentes tipos de cambio. Parte de todo esto es lo que Caputo intentó refrescar en la antesala de un nuevo cara a cara de Milei con el campo.
Además de la presión impositiva, todavía queda mucho por resolver y en esa lista rápida aparecen “el costo argentino”, la necesidad de mejorar la infraestructura productiva y la presión impositiva. El desafío aún es enorme, tanto para el Gobierno como para los productores rurales, que deberán enfrentar una nueva campaña agrícola con altos costos logísticos, alquileres dolarizados y un escenario climático aún incierto.