Los investigadores piden al mundo tomar previsiones para que el pan no falte en las mesas de los habitantes.

La producción mundial de trigo se reduciría en un 6% por cada grado que aumente la temperatura, aseguró un estudio realizado por la Universidad de Córdoba, España, y el Instituto de Agricultura Sustentable, del mismo país publicado días atrás por la revista científica Nature.

En ese sentido La Universidad de Córdoba y el CSIC (Consejo Superior de Investigación Científica) instaron a la comunidad internacional a adaptar sus sistemas de predicción de las cosechas para afrontar el descenso de las reservas de granos

Los autores del trabajo, concluyeron que a partir de los análisis realizados con 30 modelos de simulación del cultivo de trigo en los que las temperaturas oscilaban entre los 15 y los 32 grados y aplicando los sistemas de predicción de la producción de cereal utilizados por los principales organismos internacionales, aseguró un trabajo publicado por el diario español ABC.

Los investigadores destacaron, sin embargo, que estos sistemas presentan serios problemas para obtener resultados fiables sobre cómo afecta la temperatura al rendimiento del trigo, dado que siguen sin tener muy en cuenta el calentamiento global. Por ello, advirtieron sobre la necesidad de mejorarlos.

El aumento de las temperaturas comenzó a afectar a la producción de trigo en algunas zonas, aseguran los expertos. «La comunidad internacional debe adaptar sus sistemas de predicción de las cosechas para afrontar con garantías el descenso de las reservas de grano», señaló Elías Fereres. «Existen demasiadas incertidumbres con respecto a cómo afectará el cambio climático a la producción de alimentos, pero hay una certeza: habrá que estudiar cómo adaptar nuestra agricultura al aumento de la temperatura. Y cuanto más se invierta en esas investigaciones, menor será el impacto del calentamiento global en el futuro», concluye el profesor de la Universidad de Córdoba.

La producción mundial de trigo durante el último año agrícola alcanzó a 724,9 millones de toneladas, según los datos publicados el 11 de diciembre último, por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La cifra supone un ligero aumento con respecto al año anterior, lo que tranquiliza a la comunidad internacional, si se tiene en cuenta la dependencia de la alimentación mundial de este cereal. Pero las perspectivas futuras no parecen ser tan halagüeñas, a juzgar por el estudio de Nature, reconoció la institución académica en su trabajo(Noticias AgroPecuarias).