La oleaginosa sigue mostrando firmeza en el disponible; pero pierde terreno a futuro. En el país, se acrecienta la decisión de retener buena parte de la cosecha. LA VOZ.

Por Pablo Andreani*
De acuerdo con el informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la cosecha de soja al 30 de abril había alcanzado un 57 por ciento con un rinde promedio de 31,3 quintales y un volumen de producción ya cosechado de 34,7 millones de toneladas. A pesar de semejante volumen ya cosechado, la oferta de soja “masiva” no aparece en el mercado; no se percibe presión de cosecha y la teórica y consecuente baja de los precios. Y es lógico que esto suceda: que el productor decida vender lo mínimo para cumplir sus compromisos y almacenar lo máximo que pueda.

Argentina entra en el cuarto mes de caída de actividad económica con inflación, fenómeno conocido como estanflación. Y si seguimos con la política del Gobierno, con un dólar fijo, al menos por este momento, en un contexto de fuerte suba de las tasas de interés y aumento del precio de los bienes y servicios, incluidas las naftas, los costos de producción irán en aumento y achicarán cada vez más los ingresos futuros de los cultivos 2014/15.

Al 10 de abril, las ventas acumuladas de los productores llegaban a 11,63 millones de toneladas (21 por ciento del volumen de la cosecha), mientras que a igual momento del año anterior las ventas acumuladas llegaban 12,9 millones de toneladas (27 por ciento de la cosecha). El análisis frío de los números indica que en esta campaña los productores de soja vendieron 1,26 millones de toneladas menos que a igual fecha del año anterior. Sin embargo, el dato clave para analizar es el saldo que queda pendiente de vender; en esta campaña, a partir de un volumen de producción estimado de 55 millones de toneladas, quedarían sin vender 43,3 millones de toneladas, mientras que en la campaña anterior 2012/13 con una producción de 47,5 millones de toneladas, el saldo sin vender era de 34,6 millones de toneladas. Se trata de una diferencia de 8,7 millones que tiene que ver con el aumento de la producción, que este año podría llegar al récord de 55 millones de toneladas.

El riesgo que corren los productores en almacenar, la soja y no venderla es la potencial baja que se pueda llegar a producirse en el mercado. Reiteradamente indicamos que la firmeza actual del precio de la soja en el mercado internacional tiene que ver con una situación de ajustado nivel de existencias en Estados Unidos. Cada mes que pasa las existencias mensuales se van reduciendo y se llegará al empalme con la nueva cosecha con los stocks más bajos de la última década.

En este contexto, los fondos libran una lucha alcista en su posición mientras que los farmers que aún tiene soja disponible se niegan a venderla en un escenario de fuerte escasez de oferta y firme demanda. Por el momento, no hay factor bajista que impacte en el mercado; los fondos liquidaron esta semana 2,9 millones de toneladas de sus posiciones largas y compradas y el mercado no acuso la mínima baja; los chinos cancelaron contratos con soja estadounidense y para la compra de soja de Sudamérica, y la baja no apareció. Brasil está exportando soja a los Estados Unidos y el mercado tampoco acusó esta noticia, que en otras épocas hubiera impactado a la baja en Chicago. Si bien las existencias mundiales se recuperan, la relación stocks/consumo se reduce con respecto al año anterior por el firme aumento de la demanda y el consumo de soja a nivel global.

Lo que podría ser un factor de baja en el mercado puede terminar siendo un factor de sostenimiento o suba. La oferta argentina de soja, aceites y harinas en el mercado mundial se verá comprometida por la firme decisión del productor a no vender soja disponible.

Mientras todo esto sucede en el hemisferio sur, los precios de la soja noviembre en el Mercado de Chicago muestran una caída de 95 dólares por tonelada con respecto a la soja mayo 2014, y esta exhibió una merma de nueve dólares en la jornada de ayer.

*Analista de mercado (www.agripac.com.ar)