Los analistas Enrique Erize y Gustavo López aportaron herramientas para la toma de decisiones comerciales en el escenario actual. CLARÍN

Todo tiene que ver con todo, los mercados tienen vasos comunicantes que, con el tiempo, trasladan efectos de un producto al otro. Es decir, puede caer la demanda china de soja por la fiebre porcina, pero por la misma razón crece la demanda de carne. A su vez, un aumento de precios del maíz norteamericano por una eventual caída en la producción llevará, tarde o temprano, a un aumento de la soja. “El mercado es de suma cero”, sintetizó el analista del mercado de granos Enrique Erize, de la consultora Nóvitas, durante el Congreso Mercosoja que tiene lugar en la Bolsa de Comercio de Rosario.
Erize pintó un panorama general del mercado mundial de granos y remarcó algunas cuestiones clave. Que la guerra comercial entre Estados Unidos y China es el factor que determina el mediano plazo y que los valores están condicionados por los elevados stocks globales, pero que tarde o temprano -tras una campaña gruesa estadounidense que avanza con problemas de rinde y superficie-, los stocks bajarán, y que alrededor de marzo 2020 habrá una oportunidad para el maíz argentino. “Mi recomendación es manejar los tiempos del mercado. En algún momento va a subir fuerte el precio del maíz”, insistió el analista. Y luego, tras ser consultado por las variables políticas que pueden jugar en el plano local, planteó una estrategia para desacoplarse de los números argentinos: “Vender forward el maíz y comprar un call en Chicago”.
 
Es que la gran preocupación de los productores, en el comienzo de la campaña gruesa, no son tanto los precios internacionales sino la coyuntura nacional, con las perspectivas de un nuevo gobierno que imponga otras reglas de juego. De hecho, algunas consecuencias de ese futuro incierto se hacen notar en el presente, tal como ilustró el analista de Agritrend Gustavo López. “Hay casi 30 millones de toneladas de soja 2018/19 que todavía no tienen precio. El productor sigue con el concepto de la soja como resguardo de valor”, remarcó, y detalló que la soja disponible que ya está vendida con precio fijado alcanzaría solo para diez días de molienda, lo que indica que la industria deberá salir a comprar más porotos en el corto plazo. En ese contexto, advirtió López, los productores se enfrentarán con el problema de qué hacer con la plata. “La venta de dos camiones implica 15.000 dólares, y hoy solo se puede comprar 10.000 por mes. Una alternativa es pensar en un encaje por insumos que van a necesitar en la próxima siembra”, dijo.
 
Poniendo la mirada en el horizonte cercano, el analista afirmó que “la mejora de los precios para el complejo soja parece una proyección lógica”, y de cara a la siembra 19/20 mostró algunos cálculos interesantes según los cuales, con el precio de la soja relativamente estable, una recuperación del trigo y una baja del maíz, los márgenes de la soja o de la rotación soja-trigo se recuperaron y resultan los más atractivos en la mayoría de las zonas productivas.