26/03/2012

Hay ajustes clave para los años Niña

 En Expoagro, Ricardo Negri, de AACREA, detalló tácticas que sirven para reducir caídas en los rindes. CLARIN

Las recomendaciones de los especialistas en climatología en el país ponen el acento en analizar los ciclos que se suceden y se repiten, más allá de lo que ocurre en algunos años aisladamente. Esta mirada de los períodos permite a los técnicos e investigadores diseñar estrategias de manejo agronómico con el objetivo de minimizar el impacto en los rendimientos finales.

Con la cosecha de gruesa iniciándose en diferentes zonas del país, la foto que quedará en la memoria es la que muestra que si se planifica a partir de los pronósticos y se actúa a tiempo para modificar el rumbo establecido, las consecuencias de pérdidas son menores que para los improvisados.

Ricardo Negri, jefe del Departamento de Investigación y Desarrollo de Aacrea, expuso en una conferencia en Expoagro los datos que cuantifican las pérdidas ocasionadas por la merma en precipitaciones, ocasionadas en diferentes zonas por la marcada presencia del fenómeno climático Niña. Pero a eso le agregó un dato más importante: conocer las estrategias que pueden implementarse ante esos escenarios.

Sobre las herramientas concretas para manejar el riesgo climático, el paquete que estudian desde la asociación de productores incluye diversificar cultivos, especialmente los que tienen su pico de mayor demanda del recurso hídrico en la primera parte del verano. Negri aseguró que con esta planificación se reduce el impacto de una sequía temporaria, especialmente en maíz y soja.

Otra de las alternativas es la modificación de las densidades de siembra.

“Si el agua es limitante en el ciclo de producción, es conveniente colocar menos semillas por hectárea, para que cada planta pueda aprovechar más eficientemente la disponible”, remarcó. Agregó, además, que es clave la elección de híbridos y variedades. En este sentido, el técnico recomendó optar por aquellas que presenten mayor capacidad de adaptación a condiciones desfavorables, aunque no sean las de máximo potencial. El objetivo es asegurar mínimos rendimientos, porque el concepto es “resignar ganancias evitando pérdidas”.

Para el técnico, otra de las estrategias es sembrar en diferentes fechas, para diversificar los momentos de floración. “El caso más representativo en la campaña que está terminando es el de los mayores rindes que presentan los maíces tardíos respecto de los implantados más temprano”, destacó, considerando el mejor estado general de los lotes de estas fechas gracias a la llegada de las precipitaciones.

Todas estas estrategias, sumadas a otras tradicionales como la realización de un largo barbecho, con un adecuado control de malezas, sirven para acumular la mayor cantidad posible de agua y nutrientes antes de la siembra.

“No aseguran un alto rendimiento en un año seco, pero sí permiten atenuar sus efectos negativos y desarrollar planteos más seguros y menos vulnerables, con mayores probabilidades de llegar a la cosecha con rindes aceptables”, concluyó Negri.