Señales de las plantas que activan los picos de las pulverizadoras
Las plantas reaccionan a todas las formas de la luz, pero reaccionan más a la luz roja. Estos sensores tienen una fuente activa de luz roja que brilla continuamente en dirección al suelo. LA VOZ.
Las plantas reaccionan a todas las formas de la luz, pero reaccionan más a la luz roja. Estos sensores tienen una fuente activa de luz roja que brilla continuamente en dirección al suelo.
Cuando esta luz es aplicada sobre material vegetal vivo, la clorofila de la planta absorbe parte de la luz roja y otra parte la emite como luz infrarroja (NIR), que se convierte en la señal que activa la pulverización.
Una vez identificada la planta, el sensor envía una señal eléctrica a la válvula de acción instantánea que debe abrir y un sistema inteligente calcula el retraso necesario para aplicar el producto exactamente sobre la maleza. Este sistema, al ser activo, permite pulverizar de día y de noche con la misma eficacia.
Los sensores comandan de uno a varios picos, cuyo número depende de cada marca, y la aplicación se hace pico por pico; la distancia en la que el pico abre antes de la maleza y cierra después de la maleza se programa desde la consola.
Actualmente la computadora que comanda estos equipos posee pocas prestaciones, pero son las necesarias para una rápida puesta a punto y salida al campo.
En un futuro se le adicionará una consola que permita mapear el accionamiento de cada uno de los picos que tendrá como resultado un mapa de malezas útil principalmente para visualizar el grado de reincidencia de las mismas e identificar las especies que aparecen año tras año para especificar la receta.
Adaptación
La bibliografía internacional garantiza el potencial de esta herramienta en los países que se está utilizando en mayor medida. De todos modos, se necesita su adaptación a las condiciones de producción de nuestro país, especialmente a las condiciones que genera la siembra directa; esto en cuanto a cantidad y tamaño de malezas e irregularidad de la superficie.
La estructura sobre la que son montados los sensores también ha generado algunas controversias y discusiones.
El movimiento oscilatorio del botalón de una pulverizadora autopropulsada ha puesto en tela de juicio si la aplicación sigue siendo efectiva al cambiar constantemente la distancia entre el detector y la maleza. Esto ha hecho que se experimentara con pulverizadoras autopropulsadas y de arrastre con botalones estabilizados por ruedas que alivian el peso del barral y mantienen una distancia constante entre el sensor y el terreno.
De todos modos, es una tecnología incipiente en nuestro país; aún quedan algunos problemas de estructura y diseño por resolver, pero en líneas generales esta herramienta desencadena la necesidad de estudios de ingeniería y trabajos a campo que el Inta se propone experimentar.