09/01/2012

Producir con menos agua

La tecnología será vital para el sector; pronostican mayores costos. Mercedes Colombres | LA NACION


Con buena parte de los productores mirando al cielo nerviosos por la escasez de lluvias, un fantasma sobrevuela los horizontes de la producción argentina. Es la temida sospecha de que el clima esté en una fase más seca y de menor promedio de lluvias hasta 2050, lo que explicaría los episodios de sequía experimentados en las últimas campañas. Y ante esta posibilidad, muchos se preguntan que pasará con la producción en un escenario así.

"Hay varios estudios que afirman que el clima tiene fases de 25 años, y esos estudios afirman que en 2000 se terminó una fase de humedad, y desde entonces y hasta 2025 estamos en una etapa de transición con menos lluvias, que será seguida por una fase muy seca hasta 2050", explicó el especialista en agroclimatología Eduardo Sierra.

Con este panorama por delante, los expertos consultados por LA NACION no imaginan un escenario apocalíptico, pero si adelantan que la ansiada meta de 150 millones de toneladas de granos no llegaría tan rápido como es deseado, y que la producción del futuro requerirá de más inversión en tecnología y riego, lo que generará más costos y riesgos.

Un escenario así, señalan los consultados, requeriría más que nunca reglas de juego claras para la producción, ya que los números serían más ajustados para cultivos estratégicos para la rotación, como trigo o maíz.

"En primer lugar, hay que destacar que si una fase de menos lluvia nos hubiera pasado hace 15 años, hubiera sido catastrófico. Hoy es malo, pero hubo avances que permiten que la situación de la producción sea complicada, pero no terrible como en el pasado", destacó Miguel Calvo, presidente de Ac-soja. "Del mismo modo, a futuro los avances en investigación nos llevarán a soportar mejor la situación de una eventual menor ocurrencia de lluvias", destacó Calvo.

Por su lado, el productor de CREA Santiago del Solar cree que una virtual fase más seca en el clima obligará a redoblar la apuesta tecnológica. "Va a ser necesario apelar cada vez más a la tecnología y ser muy prolijo en el planteo, porque en una situación de menos lluvias los errores se pagan muy caro. Esto naturalmente va a volver a la actividad más cara y más riesgosa", destacó Del Solar.

"En una situación hipotética de menor disponibilidad de lluvias, se necesitará mayor inversión en tecnología, infraestructura, logística, conocimiento. Aplicando esas herramientas en conjunto, tal vez no lleguemos inmediatamente a los 150 millones de toneladas, pero llegaríamos en un futuro no tan lejano", opinó por su lado Ricardo Negri (h.), jefe del departamento de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA.

Calvo y Del Solar marcaron dos pilares fundamentales para la producción en una situación como la descripta.

El primero, apostar al riego en zonas de buena disponibilidad de agua en el subsuelo. "La tecnología en riego ha avanzado enormemente, por lo que creo que es una herramienta que va a explotarse cada vez más, y que podría ayudar bastante en un contexto de menos lluvias", destacó Calvo.

El segundo pilar sería el avance en genética y tecnología de resistencia a sequía. "La tecnología hizo que el maíz, que estaba circunscripto a ciertas zonas en los 70, se expandiese a muchas áreas. Y podría ser definitoria para producir bien con menos disponibilidad de agua", destacó Del Solar. "De hecho, en EE.UU. ya hay un maíz resistente a sequía. Es de esperar que este avance llegue al país y que también se dé en otros cultivos, para morigerar un panorama con menos agua", acotó Calvo.

Claro que el pilar tecnológico para sobrevivir a una fase seca sin morir en el intento implica avanzar en una cuestión no solucionada en el país: la regulación de la propiedad intelectual. "Para poder tener la tecnología necesaria para producir en una fase más seca debemos profundizar y resolver la cuestión de la propiedad intelectual", explicó Federico Landgraf, economista de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).

Una tercera estrategia por tener en cuenta es la diversificación, aunque muchos crean que en un escenario incierto la apuesta más segura sea el monocultivo de soja. "Lo ideal es un escenario así debería ser la diversificación del riesgo, no apostar a un sólo cultivo. Claro que para esto debería aclararse el contexto comercial y político", destacó Negri.

Cuestiones pendientes

Otra cuestión que para los expertos deberá abordarse en caso de que la escasez de lluvias sea una realidad que llegó para quedarse es la cuestión de la intervención a los mercados.

"La producción siempre fue riesgosa en cuanto al clima, pero lo que permitió a los productores asumir ese riesgo es el incentivo que da el precio. Si el Gobierno no permite tener un precio acorde a lo que marca el mercado, el productor está acorralado y no puede pensar en hacer trigo o maíz", destacó el productor David Hughes.

"Con esto digo que el clima es un factor importante, pero que el precio es más importante a la hora de afrontar el riesgo. O sea que un futuro de clima más seco se podría pasar mucho mejor si no hubiera tanta intervención", explicó Hughes.

En este potencial escenario de clima más seco, los expertos también señalan que uno de los rubros más castigados será la agricultura en zonas marginales. "Hay zonas como Salta o Corrientes, adonde será necesario apelar a más tecnología para poder seguir sembrando, porque están en desventaja respecto a otras", destacó Landgraf.

En cuanto a la ganadería, el consultor privado Fernando Canosa no imagina un escenario muy diferente al actual. "No va a cambiar demasiado la cosa si efectivamente estamos en un período más seco, porque ya la carga bajó mucho en los últimos años debido a las políticas públicas y la crisis que vivió el sector", destacó Canosa.

"Obviamente si se quieren mantener las cargas vamos a una ganadería de mayor costo, y seguramente también veremos a muchas zonas que hoy hacen agricultura volver a la ganadería", pronosticó el experto.

En un futuro cercano, Canosa no imagina un freno en la recuperación del stock ligado a las menores lluvias. "La caída del stock que tuvimos no se produjo por la sequía, sino por la política y los precios, de modo que una escasez de lluvias no trabaría la recomposición", dijo Canosa.

Por otro lado, el especialista también preve un mayor protagonismo de los feedlot en un esquema de menos lluvias. "El feedlot sería una ventaja porque implica una válvula de escape importante en una situación de sequía", acotó Canosa.

El experto cree que, de todos modos, el mayor problema de la producción ganadera hoy no es las limitantes que impone el clima. "Creo que pesan más en la cabeza del productor la falta de previsibilidad de las políticas agropecuarias y la crisis internacional que la sequía", destacó Canosa.

PROTAGONISTAS

FEDERICO LANDGRAF
ECONOMISTA DE CONINAGRO

"Las zonas marginales, como Salta o Corrientes, necesitarán más tecnología para poder seguir sembrando con menos lluvias, porque están en desventaja"

MIGUEL CALVO
PRESIDENTE DE AC-SOJA

"Así como la tecnología nos ayuda hoy a tener más rendimientos, a futuro nos llevará a soportar mejor la situación de una eventual fase seca del clima"

DAVID HUGHES
PRODUCTOR

"Un eventual futuro de clima más seco se podría transitar mucho mejor si no hubiera tanta intervención arbitraria sobre cultivos como el trigo y el maíz"