27/01/2016

Plagas: en alerta contra el gusano cogollero y la chinche de la alfalfa

Los técnicos detectaron este gusano en muchos lotes de maíz y también de soja. La chinche de la alfalfa es otra amenaza. CLARÍN.


En líneas generales, las condiciones climáticas de un ciclo mucho más húmedo frenaron el avance de muchas plagas que fueron protagonistas en las últimas campañas, como la oruga bolillera. Pero los técnicos están sorprendidos por la presión que está ejerciendo la oruga militar tardía o gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en los lotes de maíz y también en los de soja. La chinche de la alfalfa también es una amenaza para no subestimar.

En diálogo con Clarín Rural, el ingeniero Roberto Peralta, especialista en plagas, confirmó que el cogollero es la vedette de la temporada en buena parte de Córdoba y Santa Fe. “Estamos recibiendo muchas consultas por este gusano en maíz y también lo encontramos en la soja”, advirtió.

Los expertos reconocen que todavía no están claras las causas que estimularon la aparición de esta plaga. “La verdad es un misterio. Hay campañas similares a la actual en la que no la hemos detectado y este año está por todos lados”, reconoció el técnico.


Con el cogollero, uno de los problemas que enfrentan los asesores es que no todos los materiales tienen el mismo nivel de protección y también encontraron al gusano en lotes de soja con tecnología Intacta. Esta plaga puede actuar como cortadora o defoliadora en función del estadio larval y del cultivo.

En cambio, hay varias orugas que provocaron complicaciones en otros ciclos, como la bolillera y la anticarsia, que se fueron de vacaciones. “A la bolillera no la encuentro ni para sacarle una foto”, bromeó Peralta, pero recordó que no hay que bajar la guardia porque en febrero pueden venir para a comer chauchas. Tampoco aparecen en un volumen significativo insectos típicos de los años secos, como las arañuelas y los trips.

Los técnicos del INTA Marcos Juárez, en el sudeste de Córdoba, explican que el exceso de precipitaciones y la alta humedad desde la implantación de los cultivos tuvo una influencia importante en la menor expresión poblacional de plagas. “Pero las condiciones si son favorales para el desarrollo de chinches”, avisó el último informe, que elaboró el ingeniero Fernando Flores.

A mediados de enero, los técnicos del INTA Marcos Juárez recogieron ejemplares adultos de la oruga medidora (Rachiplusia) en cantidades que pueden ser de importancia según los estados fenológicos de los cultivos. “Dicha situación amerita un monitoreo exhaustivo principalmente en aquellas sojas que se encuentren en floración donde tendrán preferencia de ovipositar”, advirtió Flores.

En plena zona núcleo, el servicio de alerta de plagas del INTA Pergamino recomendó a los productores y asesores estar muy atentos con la chinche de la alfalfa, que está apareciendo más que otras campañas.


“En muchos casos, el control de chinches en estados reproductivos tempranos no se le suele dar la importancia que realmente merece. Sobre todo cuando la densidad poblacional de las chinches está ligeramente por debajo del umbral que indica hacer un tratamiento”, indicó el ingeniero Nicolás Iannone, referente en plagas del INTA Pergamino.

Los estadíos reproductivos tempranos de la soja son los más sensibles a la pérdida de rinde y es clave identificar bien el tipo de chinche que hay en el lote y relacionarlo con el espaciamiento y el período que atraviesa el cultivo para tomar decisiones.

En Córdoba, Peralta contó que en estudios que se realizaron en Brasil un solo ejemplar de chinche de la alfalfa demostró tener un potencial de daño equivalente a diez chinches de los cuernos. “Y la verdad que estamos viendo cada vez más a la chinche de la alfalfa”, avisó el experto.


En los monitoreos, también encontró dos tipos de cascarudos a los que habrá que prestar atención: Lagria Villosa y Megascelis. “Los detectamos en lotes muy puntuales y no son plagas masivas pero hay que seguir su evolución en las próximas campañas”, aconsejó Peralta.

El escenario económico, caracterizado por la fuerte caída en el precio de los granos, en parte colabora a que las aplicaciones sean criteriosas. “En otras campañas, cuando los números eran muy favorables, nos ha pasado que por ahí los productores se pasaban de rosca con la tecnología. Ahora la prioridad es lograr la mayor eficiencia posible con las aplicaciones y ese es un eje que hay que mantener”, concluyó Peralta.