12/09/2018

Otra amenaza para el trigo de Córdoba: se detectaron triticales con roya amarilla

Por ahora, la enfermedad que tuvo su mayor epidemia en un siglo el año pasado, no afecta al cereal. Pero la presencia de hongos en triticale significa un peligro latente. AGROVOZ

Redacción Agrovoz

La falta de agua ha desinflado las expectativas de una alta cosecha de trigo en la presente campaña, en Córdoba, luego de que se sembrara más superficie que el año pasado.
Y ahora se sumó una nueva amenaza: técnicos del Inta Manfredi detectaron la presencia del hongo pucciniastriiformis, causal de la roya amarilla, en cultivares de triticale, un híbrido surgido del cruzamiento de dos cereales: trigo y centeno.
Si bien los trigos por ahora asoman a salvo de esta enfermedad fúngica, que ya se haya detectado en triticale es una señal de alerta, tras una campaña 2017/18 que tuvo la mayor epidemia de roya amarilla desde 1930. Hace 20 días, se detectaron síntomas de mancha amarilla en Marcos Juárez.
Alerta
El informe elaborado por los ingenieros agronómos Ana Rodríguez, Guillermo Cordes y Gastón Bonetto indica que los cultivos de trigo en el centro de Córdoba están en estado de macollaje, sin afecciones considerables de enfermedades.
“Sin embargo, hay cultivos triticales en estado de elongación de tallo (encañazón), en los cuales ya se detectó la presencia de Pucciniastriiformis, el patógeno causal de la roya amarilla o estriada que podría afectar también a los trigos si las condiciones son las adecuadas”, advirtió el estudio. 
Rodriguez explicó que el patógeno “es un biotrofo; es decir, necesita de tejido vivo para desarrollarse, por ende siempre va a ir avanzando y produciendo reducción del área fotosintética, lo que originará que el rendimiento y la calidad de los granos se vean afectados”.
Características
De acuerdo con el documento de los especialistas, el hongo “requiere durante su proceso de germinación e infección un rango térmico de 9 a 13°, y para la esporulación y dispersión de esporas de 12 a 15°, como así también elevada humedad ambiente, días ventosos y rocíos fuertes”.
Las condiciones ambientales en Manfredi no han sido las mejores, considerando que desde junio no se perciben precipitaciones importantes, las temperaturas mínimas han llegado a los -9,7° y las máximas llegaron hasta 32° en agosto, con humedad mínima relativa entre 30 y 50 por ciento mensual, y vientos muy fuertes. 
Sin embargo, Cordes mencionó que esto no impidió que se desarrollara el patógeno causante de la roya amarilla, afectando al cultivo con mayor severidad en condiciones de secano.
Monitoreo permanente
Para los técnicos, el primer factor que hay que atender para lograr un control adecuado de la roya amarilla es identificar si el cultivar sembrado es susceptible o no a este tipo de enfermedades. En caso de ser así, realizar un monitoreo permanente para advertir de manera temprana la afección y llegar a tiempo para realizar el control químico adecuado, en el caso de ser necesario.
De acuerdo con Rodriguez, ante este problema fitopatológico y ,de acuerdo a la incidencia y severidad de cada lote, “se deberán realizar aplicaciones de fungicidas antes de la fecha normal de control y prevención que se está acostumbrado a llevar a cabo en estos cultivares, de manera que se pueda frenar el avance de la enfermedad y llegar a hoja bandera con mejores condiciones y plantas con menos daños”. 
“Cabe recordar que ante estas situaciones el monitoreo de los cultivos es fundamental, y más aún si se han implantado cultivares susceptibles como el caso de los triticales, que en las últimas campañas han demostrado una alta susceptibilidad a este patógeno”, agregó la investigadora.