05/11/2020

Márgenes: los cereales aventajan a las oleaginosas en el sudeste cordobés

Según un informe del Inta Marcos Juárez, maíz y sorgo asoman con las mejores perspectivas económicas para la campaña 2020/21. Superan a la soja, tanto de primera como de segunda, y al girasol. AGROVOZ

Un informe elaborado por el economista del Inta Marcos Juárez, Carlos Ghida Daza, asegura que los cereales de verano –maíz y sorgo– lucen en la campaña que se está iniciando con un mejor horizonte de márgenes que las oleaginosas –soja y girasol–. 

Ante la posibilidad de que pueda existir un déficit de lluvias, Ghida Daza elaboró tres escenarios productivos posibles, sobre los cuales calculó los márgenes brutos por hectárea y por peso gastado para cada cultivo.

En el caso de maíz y soja, tomó como parámetro los rindes promedio trienales del departamento Marcos Juárez; en sorgo granífero y girasol, la media provincial. 

Suponiendo un escenario de rendimientos normales, el maíz es el que mejor margen bruto dejaría (más de 56.000 pesos por hectárea), seguido de cerca por el sorgo (53.404) y superando a la soja de primera (40.206). 

Bajo una mirada estrictamente financiera, en cambio, el maíz es el que menos margen deja por peso gastado, por debajo de la soja y del sorgo, que es el mejor posicionado en este análisis.

 

“En la actual situación sigue presentando mayor competitividad, entre las actividades predominantes, el cultivo de maíz, seguido por el resultado de sorgo granífero y soja de primera. Como alternativa financiera se presenta el sorgo que supera a soja de primera”, resume Ghida Daza.

Comparativamente con los resultados que tuvo la campaña 2019/20, también los cereales lucen mejor: el sorgo crece 88 por ciento; el maíz, 72%; el girasol, 55%, y la soja, 50%. 

“Teniendo en cuenta que la variación de precios mayorista en el período fue cercana al 30 por ciento, significa subas en términos reales, especialmente en maíz y sorgo”, añade el economista. 

En lo que respecta a campos alquilados, también el maíz le saca ventaja a la soja: suponiendo un escenario de rindes promedio (91 quintales en maíz y 35 en soja), el contratista necesitaría lograr un 71 por ciento de esa productividad para llegar al rinde de indiferencia con el que cubre sus costos. En cambio, en la soja necesitaría alcanzar el 84 por ciento.