En este contexto, por la sequía, la provincia de Córdoba sembró la menor superficie en 5 años, mientras que Santa Fe alcanzó el máximo.

Como se advierte, las condiciones climáticas serán determinantes para que la intención de siembra del cereal se mantenga o aumente en un contexto dominado por “La Niña”.

La menor en 5 años
Con un panorama dominado por el factor climático que ha generado cierta incertidumbre respecto a la intención de siembra del cultivo, las labores de siembra de maíz 2020/21 han trascurrido su segundo mes alcanzando un avance sobre la superficie estimada del 36% a nivel país, de acuerdo a datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP).

Al cierre de octubre se dan por finalizadas las labores de siembra del maíz temprano con la implantación de 3,38 millones de hectáreas, incluyendo el grano destinado a silaje, que se ha visto limitada en zonas claves del sur y oeste de Córdoba, Santiago del Estero, Chaco y norte de Santa Fe.

“Dicho guarismo absoluto se encuentra levemente por encima del año anterior y solo por detrás de lo obtenido en el ciclo 2018/19”, apuntan Emilce Terré y Bruno Ferrari en el informe de la BCR.

Puede observarse que, si bien la superficie total de maíz temprano ha crecido, se detectan importantes diferencias regionales, sobresaliendo el caso de Córdoba, donde el déficit de lluvias golpeó más fuerte y apenas pudieron sembrarse 578.620 de hectáreas, según datos de MAGyP.

“Este número, representa un 37% menos que la campaña previa y la superficie más baja de maíz temprano desde el ciclo 2015/16”, agregan.

Del lado opuesto, Buenos Aires logró implantar 1,3 millones de hectáreas, un 16% por encima de la campaña previa, mientras que en Santa Fe se implantaron al 29 de octubre 837.900 de hectáreas, un récord histórico de maíz temprano para la provincia y 10% arriba del año anterior.

“Si se contempla el área que va del norte de Buenos Aires hasta el norte argentino, abarcando así toda aquella región donde el maíz destinado a exportación encuentra como puerto de salida las terminales del Gran Rosario (y que, por tanto, se ha denominado zona de influencia del Up-River), se obtiene una superficie implantada de maíz temprano de 2,49 millones de hectáreas”, explican.

Dicho guarismo es un mínimo desde el ciclo 2016/17 pero no dista demasiado de los 2,6 millones de hectáreas sembradas el año previo.

De mejorar las condiciones climáticas, se estima que restan por sembrar 6 millones de hectáreas de maíz tardío y de segunda al momento actual, lo cual es un área muy importante que se encuentra marginalmente por detrás del máximo histórico alcanzado para este mismo momento en la campaña 2019/20.