Pronósticos consensuados están indicando que la tendencia del clima estaría “permaneciendo en el rango neutral-frío, desde fines de primavera y en el verano”, a punto de llegarse a “valores de enfriamiento del mar (Océano Pacífico) que no llegarían a considerarse un evento La Niña”. Por tanto, “este fenómeno sobre las precipitaciones locales sería leve”. Este es el resúmen del Reporte semanal emitido con fecha del lunes 19 de septiembre por la Oficina de Riesgo Agropecuario del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Además, brinda una hipótesis de comportamiento por trimestre hasta bien entrado el 2017.


La síntesis del Reporte expresa:
Durante lo que va del mes, la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico Ecuatorial central estuvo cerca de medio grado por debajo de lo normal, es decir, mostró un enfriamiento que se considera el umbral para ser considerado un fenómeno La Niña.
Desde el punto de vista del impacto en la atmósfera, no todas las variables son consistentes con un evento La Niña débil. El Índice de Oscilación del Sur, que es uno de los principales indicadores atmosféricos del fenómeno, muestra apenas un impacto.
El pronóstico consensuado indica temperaturas del mar apenas enfriadas, en el borde de una fase La Niña, en la primavera del hemisferio sur. Luego se prevé un debilitamiento, permaneciendo en el rango neutral-frío, desde fines de primavera y en el verano.
Algo más de la mitad de los pronósticos numéricos de institutos internacionales arroja como resultado valores de enfriamiento del mar que no llegarían a considerarse un evento La Niña (ver cuadro).
En promedio, los modelos dinámicos indican que el enfriamiento no pasará de medio grado, que es el umbral para La Niña. Esto indicaría que la influencia de este fenómeno sobre las precipitaciones locales sería leve, ya que, de ocurrir el evento La Niña, sería de magnitud débil.