03/12/2014

Hay que pedir turno para el avión

Por la humedad, la presión de plagas y enfermedades puede ser importante esta campaña. Los aeroaplicadores avisan que es clave planificar las fumigaciones para evitar problemas en el pico de demanda. CLARÍN.

En la zona núcleo, el primer tramo de la campaña gruesa arrancó muy húmedo, con precipitaciones que dejaron más de 100 milímetros el fin de semana pasado, y hay pronósticos de mediano plazo que advierten que las lluvias podrían ser todavía más intensas durante diciembre.

Se sabe que la oferta de agua impulsa los rendimientos los cultivos, pero también la presión de plagas y enfermedades, sobre todo las que ocasionan los hongos. Por eso, desde Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FeArCA) recomiendan a los productores planificar las pulverizaciones para asegurarse una respuesta rápida cuando aparezcan las dificultades, en los picos de demanda.

El último informe agroclimático de la bolsa porteña, que elabora el ingeniero Eduardo Sierra, adelanta una alta probabilidad de que el régimen de precipitaciones sea muy significativo en el este de la provincia de Buenos Aires, en el oeste del NOA y en algunas regiones del NEA. “Nuevamente se proyectan algunos focos de tormentas severas. Para el verano 2015 se estima la ocurrencia de lluvias abundantes a excesivas en buena parte del NOA y precipitaciones normales a abundantes en el sector este de la región pampeana, mientras que el oeste de dicha zona y Cuyo registrarían precipitaciones inferiores a las normales”, señala el informe.

En la Argentina, los aeroaplicadores trabajan unas 10 millones de hectáreas, con distintas formas de aplicación. Los primeros aviones agrícolas del país, que tiene una de las flotas más importantes del mundo, despegaron hace unos 85 años.

La ventaja que tiene esta forma de proteger los cultivos es que no genera pérdidas por compactación del suelo. “En la última campaña de soja, según el INTA, los porcentajes de daños producidos por el pisoteo de máquinas terrestres pueden traducirse en 1,56 millones de toneladas de granos. Un importante tonelaje que no se cosecha, no se transporta, no se procesa y no se exporta”, destacó la FeArCA.

Para que las aplicaciones aéreas sean eficientes en los cultivos, además de respetar los límites que establecen las normas, es clave respetar ciertas condiciones climáticas, como el porcentaje de humedad y la velocidad del viento, para dar en el blanco (el lote) y no tener problemas por deriva. Por eso, es central organizar un cronograma de aplicaciones con las empresas aéreas porque a veces no se puede salir a las corridas cuando las enfermedades y las plagas comienzan a provocar daños severos en los lotes.

“Queremos lograr que los productores puedan planificar el trabajo aéreo para evitar urgencias a la hora de resolver problemas que podrían ser graves para los cultivos y la producción”, insistió la federación de aplicadores.