La producción de garbanzo deberá utilizar semilla fiscalizada a partir de enero de 2024. La medida la impulsó el Instituto Nacional de Semillas (INASE) para evitar la propagación de una enfermedad letal.
El organismo quiere cortar con la propagación de la rabia del garbanzo. Se trata de una enfermedad que se propaga al sembrar semillas contaminadas.
De esta manera, el INASE aseguró que con la semilla fiscalizada se controlaría la enfermedad. La resolución establece: “Toda semilla de garbanzo (Cicer arietinum L.) que se comercialice a partir de día 1 de enero de 2024 deberá corresponder a la clase fiscalizada”.
Garbanzo en Argentina
Este cultivo creció y se posicionó como una alternativa en la rotación de cultivos. Córdoba, Salta y Tucumán son las principales provincias donde se incorporó esta práctica.
Actualmente, el 95 % de la producción de garbanzo se exporta. Argentina se ubicó entre el segundo y tercer lugar en legumbres secas exportadas.
Sin embargo, una enfermedad puso en vilo a la producción. Para evitar la propagación de la rabia del garbanzo se estableció el uso de semillas fiscalizadas.
Esto se debe a que la enfermedad se da por la introducción de semillas contaminadas y por las condiciones ambientales favorables que la región productora reúne para el desarrollo de la enfermedad. Al mismo tiempo, no existe, por el momento, un método de control eficaz.
De esta manera, resulta imprescindible que la totalidad de la semilla comercializada corresponda a la clase fiscalizada. Así se otorgan garantías sobre la calidad, sanidad e identidad al productor agrícola.