Entre el viernes y el lunes, se observaron eventos pluviales que cubrieron todas las zonas productivas del país. La provisión de agua no fue pareja, pero configuró un piso de reservas que permite afrontar esta segunda parte del mes de febrero con mayor margen, además del cambio positivo que se observa en el régimen térmico. 

Sin embargo, hubo sectores, como en el centro de Buenos Aires o la cuenca baja del Salado de esta provincia o áreas de Entre Ríos, donde los acumulados no superaron los cuarenta milímetros. En una situación normal estos registros podrían considerarse satisfactorios, pero si consideramos la estrechez hídrica que se había instalado en la transición intermensual y que había dejado una demanda piso de ochenta milímetros, tenemos áreas donde el diferencial sigue siendo muy negativo. 

Sin dudas la mejora se notará, pero no resuelve el fondo de la situación agronómica. Bajo estas circunstancias, sólo las áreas que desde que comenzaron las lluvias de la semana pasada obtuvieron el piso de ochenta milímetros pueden considerarse con mejor capacidad para transitar sin apremios esta parte del verano. 

Por otra parte, el cambio de circulación presionó a la suba los niveles del estuario del río de la Plata, repitiendo las inundaciones que se habían observado la semana pasada. En la foto satélite, podemos apreciar el vasto dominio de cielos despejados o con tránsito de nubosidad alta. 

Solo sobre el norte de la Mesopotamia y el norte del NOA, aparece algo de inestabilidad, aunque no se prevén lluvias sobre el sector. Hay que ir al extremo sur de la Patagonia, para salir del efecto estabilizado que impone la atmósfera media en gran parte del país y las vecindades de Uruguay y sur de Brasil. 

Esta es una situación estructural, de gran escala, la cual quedará instalada al menos por una semana. Nuevamente, estamos en una situación que se repetió a lo largo de esta campaña. 

La zona de alta presión se ubica al sur, a la salida del estuario del río de la Plata, con vientos del este sobre la franja central y sudeste sobre la Mesopotamia y el NEA. Esta situación aún presiona sobre la crecida en el delta. A su vez, los vientos del norte prevalecen sobre La Pampa, la estepa rionegrina y el oeste bonaerense.