21/11/2016

En el lote ya se nota la vuelta a la tecnología, con más fertilización

En un campo de Saladillo, Fertilizar Asociación Civil mostró  a campo el impacto de una nutrición balanceada en trigo y cebada. CLARÍN RURAL

Este año, el manejo tecnológico de los productores cambió rotundamente. Y eso se nota claramente en las cifras del mercado del fertilizantes. Según datos preliminares que manejan instituciones asociadas a la industria, para este año, se espera un consumo de este insumo de 3,4 millones de toneladas, un millón más que en 2015.
  
Esta mayor adopción de tecnología impactará significativamente sobre el rendimiento de todos los cultivos. Y ese potencial de rendimiento fue lo mostró Fertilizar Asociación Civil durante una recorrida a que organizó, esta semana, a lotes de trigo y cebada en El Sosiego, el campo del productor Alejandro Alegre, en la localidad bonaerense de Saladillo. Hasta allí, llegó Clarín Rural.
  
La entidad comenzó con un red de ensayos esta campaña, que comprende diez sitios en la región Pampeana, en la que está mostrando el impacto de una nutrición balanceada para explorar brechas de rendimiento de los cultivos.
  
Además del dueño del establecimiento, por Fertilizar estuvieron Jorge Bassi, presidente de la asociación, María Fernanda González San Juan, gerente ejecutiva y Martín Díaz Zorita y Andrés Grasso, quienes son parte del comité técnico de la institución.
  
En la recorrida por los cereales, Díaz Zorita destacó que “este año hay una decisión criteriosa de la incorporación de tecnología”, en la que el rol principal, en las distintas zonas, la tienen las herramientas de diagnóstico. Por su parte, afirmó que, actualmente, cuando los productores piensan en el manejo de la nutrición de los cultivos ya lo hacen considerando los macro y en los micronutrientes, en los ajustes de dosis y, sobre todo, piensan en las estrategias de fertilización.
  
El dueño de este campo mixto (60 por ciento ganadero y el resto agrícola) es un proactivo asesor que trabaja en el desarrollo de ensayos de fertilización con la asociación hace más de quince años. Allí tiene una rotación con trigo, cebada, maíz, soja y, eventualmente, girasol.
  
Luego de tanto años de trabajo en el manejo de la nutrición, la estrategia de Alegre se destaca por sobre la media de la zona, aunque aun dista de lo que recomienda Fertilizar para alcanzar los techos productivos. Por esto, el producto reconoció: “Luego de tantos difíciles para la agricultura, es cierto que resigné tecnología, pero logré mantener las rotaciones en estos ambientes que son frágiles y, además, vienen sufriendo los vaivenes climáticos de pasar de ciclos de inundación a ciclos extremadamente secos”.
  
En las recorridas por los lotes demostrativos ya se evidenciaba claramente las diferencias entre las diferentes estrategias de fertilización.
  
Grasso explicó lo que se está experimentando en El Sosiego. Allí, se está probando tres macroparcelas: una testigo (sin fertilizante), otra con el tratamiento promedio de la zona (160 kilos totales de fertilizante nitrogenado, fostatado y azufrado) y la última de potencial (560 kilos fertilizantes).
  
“Los cultivos mejor nutridos fijaron más macollos, más espigas, los granos que se están llenando en esas espigas están más cargados y aun “verdeaban” respecto a los fertilizados con menores dosis”, destaca el técnico.
  
En estos casos, diferenció que las parcelas de potencial de los cereales aspiran a pisos de rendimiento de 5.500 kilos por hectárea, mientras que en aquellos con menor paquete tecnológico proyectó rindes de 4.000 kilos. Luego adelantó, respecto al sistema: “La soja de segunda que se siembra sobre trigo y cebada que rinda más, también tendrá mejor rendimiento”.
  
González San Juan, por su parte, dijo que el desafío de esta red de ensayos es mostrar es “que el éxito de la fertilización está dado por el equilibrio de los nutrientes, y no por la suficiencia de cada elemento de manera separada”.