22/05/2015

El maíz tardío, abundante en la tolva pero deficitario en el bolsillo

Resultados agrícolas. En la zona de Oncativo rinde 100 quintales. Pero en campo alquilado se necesitan 110 para salvar los costos. LA VOZ.

Por Redacción LAVOZ0
Desde lejos y a simple vista se lo ve ya listo para cosechar; sin embargo, dentro del cultivo se observa que aún le faltan algunos días para perder humedad y acercarse al 14 por ciento ideal. Se trata de un pequeño lote de 10 hectáreas con maíz tardío sembrado en diciembre en la zona de Oncativo y que tiene todos los números comprados para rendir alrededor de 100 quintales por hectárea.

Sin ser una región maicera por excelencia, una superficie de 150 mil hectáreas en los departamentos Tercero Arriba, Santa María y Río Segundo logró incorporar desde hace unos años al cereal dentro de un esquema de siembras tardías.

“La estabilidad de rendimientos que están mostrando los maíces tardíos dentro de la rotación hizo que actualmente el 80 por ciento del cereal se realice bajo esa condición. Sólo el resto se hace en fechas tempranas”, graficó ante La Voz del Campo Carlos Carranza, asesor técnico con 14 años de experiencia en la zona con el cereal de verano.

Los 100 quintales que apunta a rendir el híbrido de Pioneer 1780 HR, sembrado en el lote ubicado sobre la ruta nacional 9 y con una rotación que incluye partes iguales con la soja, aportarán buenos dividendos. La razón: se sembró en campo propio. Sin embargo, esta condición es minoritaria en la zona, donde casi el 70 por ciento de la agricultura se hace bajo arrendamiento y las rotaciones no son tan intensivas.

Bajo este régimen de tenencia de la tierra, no hay maíz que logre sacar la cabeza del agua, ya que requiere de un rendimiento de indiferencia de 110 quintales para salir a flote.

Las secuencias agrícolas con 50 por ciento de soja y de maíz son una mosca blanca en la zona y casi exclusivas de modelos productivos realizados por sus propietarios.

La mayoría de los productores están obligados, por razones económicas, a hacer una rotación que incluye hasta 80 por ciento de soja y el resto gramíneas, que pueden ser maíz, sorgo o trigo, en función del precio y de la humedad acumulada en el perfil.

Con una rotación al 33 por ciento, que incluye maíz, soja y trigo/soja, el propietario del lote –donde Pioneer desarrolla el módulo experimental– lleva a cabo su estrategia agrícola en la zona.

La inclusión de las gramíneas garantiza el uso de herbicidas residuales de distintos modos de acción para un mejor control de malezas. Mientras que una fertilización media con 70 kilos de fosfato diamónico y 100 de urea le alcanzan para estabilizar los rendimientos de la soja y el maíz.

Consolidado

Más allá de los números en rojo que ofrece la ecuación económica del maíz en esta campaña, el cultivo sembrado en diciembre ha logrado estabilizar sus producciones en los últimos años, en especial en rotaciones sustentables.

“En años agroclimáticos buenos como el actual, la mayoría de los productores que hacen maíz obtiene buenos rendimientos. La diferencia se nota en los años secos, en lo que las rotaciones con menos porcentaje de gramíneas son las más castigadas”, sostuvo Carranza, quien también está vinculado a la distribución de los híbridos del semillero Pioneer en la zona.

El maíz tardío, que puede recibir esa denominación por ser sembrado en primera implantación en diciembre, o de segunda sobre un trigo, comenzó a incursionar en la zona centro de la provincia en 2006.

Debido a que el período crítico de floración cae en febrero, cuando la demanda ambiental es menor, requiere de menos milímetros de agua por kilo de grano logrado.

“Hemos logrado estabilizar los maíces tardíos entre ocho mil y 8.500 kilos por hectárea. En el caso de los maíces tempranos, son más erráticos en la zona. La floración es en diciembre y con altas temperaturas. Es por ello que pueden rendir desde 30 quintales hasta 120 en el mejor de los casos”, comparó Carranza.

Las siembras de diciembre ofrecen más oportunidades para mineralizar la materia orgánica, ya que las temperaturas de esa época hacen que el rastrojo se descomponga y que el nitrógeno esté más disponible en el surco.

Materiales adaptados

En el mismo lote donde el híbrido Pioneer 1780 HR impone su condición, el semillero está probando 12 nuevos materiales, entre comerciales y precomerciales.

Según describió Carranza, el 1780 HR es un material de punta, con un ciclo intermedio a corto, con tolerancia a tizón y a roya, buen comportamiento de caña y muy bien adaptado a la zona.

“En el módulo veníamos haciendo maíz temprano hasta el año 2005, en ese momento decidimos pasarnos a siembras más tardías”, comentó el asesor técnico y especialista en protección vegetal.

Los ensayos han permitido identificar y desarrollar híbridos que se adaptan a siembras tardías en la zona, al igual que ajustar sus densidades de población. Como denominador común, se trata de materiales de ciclo intermedio a corto, con tolerancia a enfermedades tardías, buena caña y tolerancia al manejo de insectos.

Para Carranza, la estrategia defensiva contra las plagas en maíz debe ir mucho más allá del evento resistente. A su juicio, la biotecnología es un complemento más dentro del paquete de insumos. Por eso, destaca la importancia de hacer un control integrado.

Cuando todavía queda por cosechar maíz del ciclo anterior, la precampaña del cereal 2015/2016 ya comenzó, aunque todavía no generó movimientos. Los productores aguardan, como lo vienen haciendo desde hace varios años, que el Gobierno decida una reducción de las retenciones o libere su comercialización.

De lo contrario, el cereal va a volver a perder superficie, como ya lo hizo en la última campaña.