Para el especialista del Inta, Luis Lanfranconi, los tratamientos de control deben ser “lote por lote”. Será uno de los ejes de la Agrojornada del próximo miércoles. AGROVOZ
Favio Ré
La última alerta roja que emitió la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) reforzó uno de los obstáculos más firmes que tiene la producción agrícola argentina: las malezas resistentes.
En el centro de Buenos Aires, se detectó una especie de “nabo” que resiste a los principales herbicidas que se usan en el país: glifosato, 2,4-D e inhibidores de ALS. Antes, a fines de 2017, Aapresid encendió otra alarma por un “yuyo colorado” también con tolerancia múltiple a glifosato, 2,4-D y dicamba.
Según Luis Lanfranconi, jefe de la Agencia de Extensión Rural (AER) Río Primero del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), este “súper” amaranthus ya se detectó en San Francisco. Y constituye el mejor ejemplo del problema que representan las malezas: aún no se aprobó en Argentina la venta de soja con tecnología Xtend (resistente a dicamba); cuando se autorice, ya será tarde en algunas zonas.
Para Lanfranconi, que tendrá a cargo una conferencia sobre malezas durante la agrojornada que organizarán Agrovoz, La Voz del Interior y Agroverdad el próximo miércoles, es uno de los ejemplos del cambio de paradigma que se necesita para combatir estas especies problemáticas. De un sistema de manejo masivo a una pelea “cuerpo a cuerpo”.
Sequía perjudicial
La 15ª Jornada Soja con Sustentabilidad y Novena Jornada + Maíz de Córdoba vienen este año con lema futbolístico: “Vamos por la revancha”. Bajo esa tónica rondará también la charla que encabezará Lanfranconi junto a los técnicos Marcelo de la Vega y Eduardo Cortes, para desentrañar cómo armar la estrategia contra malezas que “juegan en toda la cancha, y sin un buen equipo y planteo te pasan por arriba”.
“Este año, el problema fue doble por la sequía. La falta de humedad complica el trabajo con herbicidas preemergentes, que no logran incorporarse bien y funcionan a medias”, sostuvo Lanfranconi en diálogo con Agrovoz, tras disertar en Córdoba en el marco del programa “Maleza Cero” de Adama.
En este escenario, la confección de los barbechos ha demandado un mayor gasto y muchos cuidados al momento de aplicar los agroquímicos. “Con humedades relativas bajas hay que tratar de pulverizar fuera de las horas de máxima insolación, al atardecer o a la noche, cuando la maleza está un poco más susceptible a recibir los herbicidas”, recomendó.
Lote por lote
De todos modos, para el especialista del Inta lo prioritario es abrir bien los ojos y empezar a planificar lote por lote. “Hay que pasar de un sistema de manejo masivo y por teléfono, a uno ‘cuerpo a cuerpo’, lote por lote. El cliente ya no es el productor si no el lote; tener en claro qué hay en cada uno para poder asesorar correctamente sobre cómo intervenirlo”, resumió.
Para Lanfranconi ya hay que considerar a las malezas como parte del proceso productivo, al pensar en la rotación de cultivos. “Si es una limitante, determinar cuándo aparece en el lote y ver cómo puedo, cambiando por ejemplo una fecha de siembra, lograr que esto no ocurra o demore”, agregó.
Su recomendación es llegar al momento de la siembra con el esfuerzo más grande ya ejecutado, porque las herramientas en posemergencia no sólo tienen menos efectividad sino que pueden generar daños en los cultivos.
Coberturas
Una de las estrategias fundamentales para ganarle el partido a las malezas son las gramíneas o leguminosas de cobertura o de “servicios”.
Lanfranconi opina que es clave adoptarlas, sobre todo en modelos de siembra tardía y tienen que apurar los barbechos. “Si llegaste con malezas grandes y rusticadas por las heladas y la falta de agua, tenés que hacer una mezcla de varios herbicidas, incluyendo algún quemante, que puestos en la pulverizadora significan 40 o 50 dólares por hectárea. Es lo mismo que te hubiera salido sembrar un cultivo de cobertura”, mencionó.
En este marco, ¿cuáles son las variedades que mejores servicios están prestando en el Centro-Norte de Córdoba? Lanfranconi contestó que hay mucha inquietud de los productores en relación a vicia, pero que es una planta con algunos inconvenientes porque si no se siembra a tiempo, no alcanza a desarrollarse y no tiene efecto en controlar malezas.
Su recomendación es comenzar a probar mezclas de centeno con melilotus, una pastura que no sólo ayuda a evitar el nacimiento de “yuyos” sino que presta otros servicios: puede ser alimento de ganado y contribuye a la generación de materia orgánica. “Aporta hasta 80 kilos de nitrógeno al suelo, además de poseer un sistema de raíz muy poderoso que genera macro poros”, destacó Lanfranconi.