El 60% del área con soja está por debajo de los límites de respuesta en fósforo". La frase es de Martín Díaz-Zorita, coordinador del comité técnico de Fertilizar Asociación Civil y asesor independiente en DZD Agro.
Díaz-Zorita participó sobre una jornada sobre el cultivo que organizó Fertilizar, y allí brindó varios datos preocupantes sobre la realidad del cultivo. LA NACIÓN

Si bien el rinde en el cultivo ha crecido y se ha apuntado a incorporar más tecnología, el área fertilizada está clavada en el 57%. La cifra general parece positiva, pero está muy abajo de casi el 80% que llegó a tocar en 2014.
En la oleaginosa se repone solo 12% de lo que se extrae, mayormente fósforo. El número contrasta con el 32% en girasol, 55% en maíz o el 91% de reposición en trigo.
En los últimos diez años, la dosis media de fertilizantes en kilos por hectárea en soja pasó de 100 kilos a 40 kilos. En el medio cambió la composición. Con los 100 kilos se usaba más superfosfato simple y yeso, en tanto que ahora, con los 40 kilos, hay más fosfato monoamónico en la composición.
Los 40 kilos por hectárea de hoy equivalen a 6 kilos de fósforo y a 3 kilos de azufre. Los 6 kilos de fósforo solo cubren la demanda de una tonelada en la extracción de nutrientes.
"Es lo que demanda una tonelada en la extracción, no el crecimiento (del cultivo)", alertó el especialista. "Preocupémonos porque no estamos llegando a cubrir la demanda", agregó.
Según un trabajo de INTA-Fertilizar, hace siete años el 40% del área mostraba limitantes en cuanto al fósforo. Ahora ese valor llegó al 66 por ciento.
"La fertilización es insuficiente para acompañar la demanda de los cultivos", apuntó el coordinador del comité técnico de Fertilizar Asociación Civil y asesor independiente en DZD Agro.
Donde hace siete años había 20 ppm de fósforo hoy se encuentran 15 ppm o también menos que ese nivel.
"Tenemos más del 60% del área que no puede alcanzar los potenciales si no es acompañada (de fertilización)", remarcó.
De acuerdo a análisis foliares que se hicieron sobre 72 casos en la región pampeana, en soja un 44% de los cultivos presentó un nivel limitante en fósforo, un 33% lo tuvo con azufre, un 11% con potasio y otro 11% con nitrógeno.
En las últimas 18 campañas se ha visto cómo el manejo eficiente del nitrógeno acompañó los mayores rindes. Esto con 1143 ensayos de inoculación que arrojaron 228 kilos por hectárea de respuesta, equivalentes a un 8,1% de suba sobre el testigo control sin inocular.
Por otra parte, en 78 sitios experimentales se observó mayor eficiencia en la producción con manejo integrado de fertilizantes e inoculación. "La respuesta a la fertilización fue menor (370 kg ha-1 ) en cultivos sin inocular que en los inoculados (740 kg ha-1 )", indicó.
En este contexto, al mejorar la fertilización con fósforo lo hace también la producción. Ensayos en 26 sitios muestran un salto de los 3538 kilos/ha sin fertilizar a 4061 kilos con dosis de suficiencia (para lotes promedio que no están del todo desgastados, entre 10 y 12 kg de P) y de 4455 kilos con dosis mejorada (20 a 24 kg de P). En tanto, se puede ir a 4602 kilos con dosis mejorada más zinc.
"El manejo de la nutrición explica brechas de hasta el 30% de la producción de soja argentina", remarcó el experto, que añadió: "Los aportes de nutrientes bajo prácticas actuales de manejo son insuficientes para alcanzar alta producción y con resultados erráticos".
Por: Fernando Bertello