El director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, Pablo Mercuri, señaló la probabilidad de “un enfriamiento de baja intensidad, leve, como probable consolidación de La Niña” a partir de fines de agosto/inicio de septiembre, hasta los meses veraniegos de diciembre y enero, escenario que deberá ser tenido en cuenta para la toma de decisiones frente a la perspectiva climática de la campaña agrícola 2024/25. AGROVERDAD - 25/07/2024
Descartó, con certidumbre definitiva, que pudiere haber un viraje hacia condiciones de Niño, en las siembras porvenir.
El experto, doctor en Teledetección e Hidrología superficial, expuso sobre uso inteligente de la información climática para una agronomía de precisión y perspectivas esperadas de la nueva campaña durante el 13° Congreso Provincial de Ingenieros Agrónomos, que se realizó en Córdoba con la participación de un millar de asistentes.
“Estamos en condiciones de neutralidad oceánica y circulación atmosférica que incluye nubosidad y presión a la altura del Pacífico ecuatorial en condiciones de normalidad”, apuntó. El otoño ha transcurrido “con una parcial y heterogénea recarga de agua en los ecosistemas”, agregó como dato inmediato y alentador para los planteos de siembra. La perspectiva augura “lluvias normales, o menores a las normales” mencionó entre los indicadores y aclaró que “las condiciones iniciales de los océanos no son las mismas que en años previos, por lo que las inferencias pueden no ser confiables”.
En tal escenario, Mercuri invitó a los productores y asesores a “prestar atención a la alta frecuencia de eventos extremos de temperatura máxima (ola de calor) y mínimas (heladas fuera de estación)”.
Cómo se comporta La Niña
Durante su exposición explicó que el comportamiento general de los años Niña se conforma de lluvias más aisladas, locales, cobertura territorial desigual, e incremento de los días entre lluvias. También con la ocurrencia de granizo, mayor siniestralidad, menor intensidad y tamaño de las áreas afectadas.
A esto se agregan las olas de calor con menor humedad atmosférica y mayores tasas de evapotranspiración; mayor probabilidad de heladas agrometeorológicas, dependiendo de la localidad; menor nubosidad, mayor radiación, al igual que menor probabilidad y riesgo de anegamientos e inundaciones (probabilidad de lluvias locales intensas).
Estación seca que se expande
Mercuri reseñó que los mapas por estación describen cuántos milímetros menos no llueven en la provincia de Córdoba en la secuencia de los últimos 60 años, los que abonan “la hipótesis de ampliación de la estación seca. Disminuye la frecuencia de días con precipitaciones, se tiene menos cantidad de días con precipitaciones, muy significativo en verano. En los últimos 30 años el clima viene cambiando y es importante tenerlo en cuenta, se espacian los días entre lluvias y es necesario seleccionar genética adecuada para soportar estrés hídrico”, recomendó.
Precisó que, como se presentan los océanos, “termina un Niño que no logró satisfacer como tal las necesidades de agua para recuperar la acumulación de humedad en los distintos ecosistemas”.
La hipótesis de que se amplía la estación seca, es decir que la estación invernal avanza sobre la primavera, es tema de estudio en Brasil y la región agrícola de Argentina, donde inciden factores como la deforestación. Respecto del fenómeno La Niña mencionó que en agosto se tendría una certeza más razonable como escenario de los meses diciembre-enero.
“El modelo australiano está indicando que el escenario va a ser más neutral que frío, y que en diciembre va a seguir en valores neutrales. En cambio, los indicadores de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) arrojan que se avanzaría en un diciembre correlativo con la Niña. Es el único modelo que da una Niña de moderada intensidad. Los otros refieren que ocurrirá con una intensidad menor”, describió.
Qué pasó desde el 2000
Mercuri recordó que a la hora de evaluar la perspectiva climática hoy se toman datos procesados de múltiples variables y surgen dudas de cómo utilizar la información que tiene una larga secuencia en años.
En las principales áreas agrícolas de la región a partir de los años 2000 se presenta un incremento marcado en las temperaturas medias y una disminución en las precipitaciones, “lo que llueve es menor”, anotó.
“El punto es cómo diseñamos prácticas agronómicas para adaptarnos, la sequía nos pone en jaque y esto nos da el mate. Lo que más se calienta es el suelo y genera estrés adicional sobre las plantas”, alertó.
Mercuri indicó que se está avanzando con la gestión de datos satelitales, pero falta investigar más sobre el Atlántico debido a la falta de boyas con datos satelitales para evaluar el comportamiento oceánico.
“Estamos en una transición climática entre campañas, neutralidad en el Pacífico, fue un otoño con heterogénea recarga en muchas zonas del país. El río Paraná volvió a marcar menos de un metro de profundidad en la zona de Rosario luego de un año Niño. Fue un Niño que no satisfizo la demanda en muchas lagunas”, mencionó el experto.
Seguidamente anotó la probabilidad a partir de agosto y principios de septiembre de un tiempo de intensidad leve, “para ver si será una Niña o termina en neutralidad”.
Otros datos que aportó Mercuri
–Después de un año Niño cabe esperar un escenario neutral o Niña, pero no hay tanto impacto cuando la acumulación previa de humedad fue buena. Están todos los océanos más calientes y se deberá prestar mucha atención a las temperaturas, no sólo a las precipitaciones; también a tormentas de granizo, olas de calor con menos humedad atmosférica, heladas tardías, mayor radiación. Pero no se puede generalizar.
–En un año Niña son menores los rendimientos esperados en maíz, no tanto en sorgo. Si la Niña se proyecta, tendrá mayor impacto en el verano.
–Gestionar bien el agua, guardar agua en el suelo que es “un plazo fijo”. Medir y valorar la cantidad de agua en el suelo, realizar coberturas para adaptarse a este clima tan variable.
–Revisar la información agroclimática del INTA (todos los miércoles por la tarde se puede visualizar).
–Los inviernos benignos en temperaturas de los últimos años han favorecido que malezas y plagas (chicharrita, por caso) desciendan más al sur desde zonas tropicales, como Brasil. Es importante haber transcurrido un invierno normal, con heladas y temperaturas bajas; la compensación entre estaciones es muy importante para regularizar variables climáticas.