07/12/2018

Clave para el control: cuándo germinan las malezas en el centro-norte de Córdoba

Durante cuatro campañas, el Grupo Río Seco, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Católica y el Inta Río Primero estudiaron cuándo comienzan a nacer los “yuyos”. AGROVOZ

Redacción Agrovoz

Noviembre es el mes clave para hacer monitoreos y decidir aplicaciones de herbicidas para controlar malezas en el centro-norte de Córdoba: es cuando germinan algunas de las principales especies tolerantes y resistentes que complican a la producción agrícola de la zona.
Así lo determinó un estudio a campo desarrollado por el Grupo Río Seco, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Católica de Córdoba y la Agencia de Extensión Rural (AER) Río Primero del Inta.
Durante cuatro campañas (de la 2013/14 a la 2016/17), investigadores observaron el flujo de germinación de borreria verticillata (“botoncito blanco), gomphrena pulchella (“siempre viva del campo”, chloris virgata (“cloris”) y sorghum halepense (“sorgo de Alepo”); entre septiembre y abril, en campos de Capilla de Sitón, Sebastián El Cano y Río Seco.
Las primeras tres especies, tolerantes a glifosato; el sorgo de alepo, resistente a este principio activo y también a aacase. 
El objetivo de este trabajo fue determinar el patrón de germinación de las malezas en el área semiárida del norte de Córdoba, relacionándola con las condiciones climáticas y así lograr manejos anticipados”, señala el documento.
Resultados
Como conclusión general, el relevamiento determinó que “la germinación responde a condiciones ambientales tales como precipitaciones y temperaturas; siendo estos flujos de germinación muy numerosos cuando el año se presenta con altas precipitaciones y siendo pobres cuando las precipitaciones son escasas”. 
“Pero independientemente de su abundancia o escasez, el primer flujo de germinación se produce en la última semana de octubre y durante los primeros 20 días de noviembre. Estas observaciones permitirían ajustar de manera más eficiente el trabajo de monitoreo de los lotes involucrados”, agrega el informe. 
La recomendación de los técnicos que participaron del estudio es que “teniendo referencia de la presencia de la maleza después de una precipitación, solo hay que intensificar el número de visitas para poder tomar las mejores decisiones de control y facilitar el accionar de los herbicidas y/o prácticas seleccionadas”.
Por maleza
Borreria. Los primeros nacimientos comienzan al final de la primera semana de noviembre, hasta la tercera semana del mismo mes. También se observaron nuevos aportes durante enero y principios de febrero en algunas campañas. Estos nacimientos responden a temperaturas de suelo entre los 25 y 30°C en los primeros centímetros y después de registrarse importantes precipitaciones (entre 15 y 30 milímetros). El número de individuos que germina resulta bajo.
Gomphrena. El primer flujo de germinación ocurre entre la última semana de octubre y mediados de noviembre. Y con nacimientos muy variables, de 3.500 individuos por metro cuadrado a 20. En dos años se reportó un solo flujo de nacimiento, mientras en la última campaña se observaron dos flujos, uno de primavera tardía y otro en febrero. En las tres campañas relevadas, hay una relación muy directa entre precipitaciones y nacimientos: ante importantes lluvias de noviembre, se concentra de manera explosiva la germinación de la maleza; ante escasas, una primera cohorte se registra en noviembre y se completa con otra emergencia muy pequeña cuando continúan las lluvias en diciembre. En el último año, nuevamente con escasas precipitaciones al comienzo de la primavera, se observan dos cohortes, una muy reducida en diciembre y la otra a mediados de febrero luego de importantes lluvias. En cuanto a las temperaturas, se pudo observar que cuando se encuentran entre los 25°C y 30°C, ante la presencia de lluvias, se desata el proceso de germinación.
Chloris. La germinación de esta maleza ocurrió en el mes de noviembre en todos los años de observación. En la campaña 2014/15 hubo un nuevo nacimiento a mediados de febrero y en 2015/16 uno en diciembre. El número de individuos que germina es muy variado: en 2014/15 fueron 370 por metro cuadrado; en 2015/16, 170; en 2016/17, más de 1.100. La germinación en esta maleza se observa cuando la temperatura de suelo supera los 22°C y hasta los 30°C después de precipitaciones. Lo contrario ocurre con temperaturas de suelo superior a los 35°C en el primer centímetro de profundidad, reanudándose la germinación cuando la temperatura desciende de los 30°C. En la campaña 2016/17, con temperaturas muy elevadas, solo se registró un flujo de en noviembre. Las precipitaciones resultan importantes para la germinación de esta maleza pero no así su intensidad; bajos milimetrajes son suficientes para desencadenar un flujo de germinación.
Sorgo de alepo. El primer flujo de germinación ocurre en tres de los cuatro años durante el mes de noviembre y solo en uno (campaña 2016/17), en diciembre y enero. Nuevamente, el número de individuos que germinan son muy variados. La falta de lluvias dispara el aumento de la temperatura en los primeros centímetros de suelo, lo que muchas veces impacta en la germinación de la maleza. En la primer campaña 2013/14 la germinación solo ocurrió en noviembre, cuando la temperatura del suelo fue superior a los 28°C. Cuando las lluvias se demoran, los primeros flujos de germinación se observan de mediados a fines de diciembre; en dos ciclos (2015/16 y 2016/17) se observó un segundo flujo de germinación importante, en los primeros días de enero, con temperaturas de suelo superiores a los 35°C y luego de lluvias. En la última campaña, con buenas precipitaciones en noviembre pero con temperaturas por debajo de los 25°C, los nacimientos comenzaron a partir de diciembre, siendo en este caso la temperatura la limitante en la germinación.