AMBITO.
El 43 por ciento del área triguera cosechada en la zona núcleo -parte de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires- muestra resultados que no cubren las expectativas, según el último informe de la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Para los especialistas, "el calor adelantó la entrada de las cosechadoras a los lotes y la roya y la falta de controles estabilizan los rindes en 3.300 kilos por hectárea, dos quintales menos que en la semana pasada".
"La cosecha temprana mejoraría el potencial de la soja de segunda, lo que restaría lotes a los maíces de diciembre", indicaron en el análisis.
Por otra parte, ya se implantaron el 25% de la soja de segunda y el 90% de la de primera bajo muy buenas condiciones, mientras que la presencia de malezas de gramíneas aumentan los controles en los cuadros.
Dentro de un abanico de resultados que van desde 1.800 a 4.700 kilos por hectárea, el promedio retrocede a los 3.300 kilos por hectárea.
"De todos modos, el norte bonaerense y los lotes más atrasados podrían mejorar el nivel de productividad unitaria del trigo en la región núcleo. La amplia variabilidad de rindes se atribuye a la alta incidencia de roya, al nivel tecnológico aplicado y a los controles efectuados, estos dos últimos afectados en función del retorno económico", señalaron en GEA.
También el cultivar elegido y el tipo de suelo contribuyen a la heterogeneidad; sin embargo, el gran detonante de la merma en rindes y calidad fue el estrés térmico en el período de llenado de granos.
La aceleración del desarrollo del cultivo provocó que las cosechadoras entraran días antes a los lotes respecto de otras campañas.
Por el momento, los primeros datos sobre los granos recogidos permiten calificar su calidad como "regular", principalmente por el bajo peso hectolítrico.
En tanto, "se mantiene la incógnita con el trigo en el norte bonaerense, ya que está en madurez fisiológica y necesita perder humedad para ser cosechado", dijeron.