17/02/2016

Además del agua, la soja pelea contra enfermedades en el sudeste

Un informe del Inta Marcos Juárez señala cuáles son las principales enfermedades que afectaron al cultivo en esa zona y con qué grado de severidad. AGROVOZ.


La Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) difundió su informe fitopatológico regional para el sudeste de Córdoba que brinda un panorama completo sobre la situación de enfermedades en soja en dicha región.

El artículo, elaborado por los ingenieros agronómos Silvia Distéfano y Lisandro Lenzi y la bióloga Laura Gadbán, incluye un listado de las enfermedades detectadas, desde su implantación hasta el 12 de febrero.

El relevamiento señala que “durante la presente campaña, las precipitaciones fueron frecuentes durante los meses de agosto, noviembre y diciembre acompañados por temperaturas inferiores a los promedios históricos. Estas condiciones, sumadas a la falta de oxígeno por planchado de suelos, propiciaron la aparición de “damping off” tanto en las sojas de primera como las de segunda. Los patógenos causantes de esta problemática fueron principalmente Phytophthora sojae, Fusarium spp. y Rhizoctonia solani”.

Enfermedades
Phytophthora sojae. La podredumbre de raíz y tallo provocada por esta enfermedad se siguió manifestando en distintos estadios de los cultivares susceptibles, tanto vegetativos como reproductivos.


Mancha marrón (Septoria glycines). Se detectó desde estadíos vegetativos en la mayoría de los lotes, con niveles de incidencia y de severidad en general bajos. En casos excepcionales se ha superado el 20 por ciento de altura de la planta, con síntomas entre los estadíos R3 y R4, llegando a los umbrales para la aplicación de fungicidas foliares.


Tizón de la hoja y mancha púrpura (Cercospora kikuchii). A partir de la segunda semana de enero se comenzaron a registrar temperaturas elevadas y en muchas zonas escasas precipitaciones. Así, estas enfermedades se comenzaron a observar en las sojas de primera sembradas temprano y que se encuentran en los estadios R5 y/o R6, pero con incidencias y severidades muy bajas.


Mancha ojo de rana (MOR, Cercospora sojina). Se hizo presente con bajísimos niveles de incidencia y severidad durante la primer semana de febrero en cultivares susceptibles y antecesor soja. En ninguno de los casos observados hasta el momento se justificó la aplicación de fungicidas.


Tizón bateriano y pústula bacteriana. En las sojas de primera y segunda se detectó la presencia de bacteriosis con niveles bajos, tanto en incidencia como en severidad.


Mildiu (Peronospora manshurica). A fines de enero, coincidiendo con un período de bajas temperaturas y horas de rocío, se observaron pequeñas manchas amarillas producidas por esta enfermedad pero con bajas incidencias y severidades.


Síndrome de la muerte repentina (Fusarium tucumaniae). Esta enfermedad provocada por un hongo de suelo comenzó a manifestarse en estas últimas semanas con incidencias muy bajas, principalmente en las sojas de primera.


Residualidad
El informe también advierte que, como en la campaña 2014/2015, se registraron “numerosos casos de daños provocados por residualidad de herbicidas y aceites o coadyuvantes: ‘hoja cucharita’, manchas foliares semejantes a MOR, amarillamientos, hoja acorazonada, acortamiento de entrenudos, coloración marrón rojiza de nervaduras, nervaduras paralelas, quemado, encrespamientos y micromanchas”.

Un ejemplo que menciona el relevamiento es que recibieron muchas consultas por síndrome de muerte repentina que en realidad lo que mostraban era el efecto de aplicaciones con triazoles o mezclas de éstos con estrobilurinas con agregado de distintos aceites en dosis de marbetes.

“Las hojas nuevas, desarrolladas posteriormente a las aplicaciones, se presentan normales. Todas las aplicaciones se realizaron hace unos 20 días coincidiendo con períodos donde se registraron temperaturas muy elevadas y escasas precipitaciones. Los síntomas observados en estos lotes coinciden con lo reportado por investigadores de Estados Unidos asociados a fitotoxicidad por aplicación de algunos triazoles en condiciones de estrés en el cultivo. En general la bibliografía no reporta pérdidas de rendimiento por esta sintomatología”, resume el estudio.