Lo sostiene Fabián Quiroga, quien desde mayo asumió como Gerente de Marketing para Latinoamérica Sur en Syngenta con base en Argentina.  CLARIN

1- ¿Cuál es la visión sobre la presente campaña luego de las políticas del Gobierno?
El nuevo gobierno trajo un aire muy positivo para los agronegocios en general. Cambió las reglas del juego y esto le permitió al productor que esté más enfocado en tecnologías y volver a prácticas que son fundamentales para la sustentabilidad del sistema agropecuario en la cual la rotación de cultivos es la más importante. Sin embargo, vemos que hay cosas por mejorar aun. El costo de financiación es alto y el nivel de inflación iguala a la competitividad. Pero las expectativas del sector son mejores que en los últimos años.
   
2- ¿Y cómo ha repercutido este favorable escenario en la producción?
El área de trigo, del maíz y del girasol crecerá y caerá 5% la de soja. En lo que respecta a soja, crecerá el área certificada en un 30%. La cosecha de soja d este año fue complicada en cuanto a calidad. El productor está dispuesto a invertir un adicional que en el pasado no lo estaba haciendo.
   
3- ¿Esto se da porque la calidad de la semilla es mala o porque cree que el productor empezará a reconocer la propiedad intelectual mientras se sigue discutiendo la Ley de Semillas en el Congreso?
Los dos factores juegan. Es la decisión del productor de invertir más porque el retorno será mayor. Y esto también hizo aumentar el tratamiento profesional que rondará entre un 15 o 20%.
   
4- Recientemente, hicieron el lanzamiento mundial en Argentina de Miravis Duo, un nuevo fungicida para las enfermedades de fin de ciclo en soja. ¿Por qué eligieron este país?
Habla del foco de Syngenta que tiene en Latinoamérica y sobre todo, en Argentina porque es uno de los tres principales países productores de de soja en el mundo y eso nos da una prioridad. Además, el nivel de adopción de tecnologías de los productores argentinos es muy alta. Son muy avanzados en comparación con otros productores de otros países y tienen necesidad de nuevas tecnologías porque en los últimos años no fue frecuente. El próximo lanzamiento de este producto será en Estados Unidos en 2018. Pero creemos que a diferencia de otros países en Latinoamérica, en la Argentina la adopción para controlar las enfermedades de fin de ciclo es más baja que en Paraguay y Brasil. Está a un 50% por lo que hay un espectro muy grande para crecer.
   
5 -¿Por qué cree que estamos en desventaja con respecto a otros países?
Una de las razones es porque la rentabilidad del productor estaba limitado en comparación con los de los otros países y los costos de producción eran altos. Ahora, si bien soja tuvo una rebaja del 5% de las retenciones, el resto de los cultivos que entran en el mix ayuda a mejorar la rentabilidad por lo que las posibilidades de inversión son más favorables y debemos llegar a los niveles de los países vecinos para mejorar la productividad de la soja que es fundamental. Vimos que contra los testigos no tratados, que es el 50% del mercado, lo que se pierde es entre 4 a 6 quintales.
   
6- Usted, que ha vivido varios años en Europa, ¿cómo ve a la Argentina en el mercado para comercializar soja certificada?
Hoy es un nicho, pero es un mercado que tiende a crecer. En Europa todo lo que es producción certificada es fundamental.  En Chille no se puede trabajar si no hay producción certificada. Deberíamos ir a hacia un modelo que le garanticen a nuestros compradores la mejor calidad, el uso responsable, la sustentabilidad y bajo qué condiciones de empleo se encuentran todas las personas que participen en la cadena de valor Todo esto ayuda para diferenciarnos como país, y ser diferente a nuestros competidores y a la marca del país que nosotros queremos reforzarla.

7 -¿Cómo ha repercutido la compra de Syngenta por parte de la empresa china Chemchina?
El foco de Syngenta es entregar tecnologías innovadoras en todo el mundo. Eso no va a cambiar. La estrategia nuestra es seguir pensando como productores. Seguimos con el mismo foco, el mismo board y la sede seguirá siendo en Basilea, No esperamos cambios. Es un proceso que no está finalizado.