13/02/2017

Buenas prácticas agropecuarias: cómo será el plan de incentivos de la Provincia

El Ministerio de Agricultura y Ganadería se apresta a lanzar un programa de impulso a las buenas prácticas agropecuarias. Detalles del plan que pondrá el foco en la sustentabilidad. AGROVOZ

Lass inundaciones y el deterioro que sufren los suelos en numerosas regiones del país han puesto en el centro del debate la necesidad de rever los modelos productivos, con el foco en garantizar una mayor sustentabilidad.
En ese marco se inscribe la decisión del Gobierno provincial de crear un programa de promoción de las buenas prácticas agropecuarias, denominado BPAs Córdoba, que contendrá un estímulo para productores que realicen prácticas sustentables: rotación de cultivos, conservación de suelos o manejo de bosques con ganadería integrada.
Las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería presentarán hoy –en las 44° Jornadas Trigueras, durante la Fiesta Nacional del Trigo de Leones–, los detalles de cómo será este régimen de incentivo. En la previa, el titular del área, Sergio Busso, y el secretario de Agricultura, Juan Cruz Molina, anticiparon algunos de sus alcances ante Agrovoz.
Lo primero que aclararon es que se trata de una propuesta sin antecedentes en el país, y con experiencias similares pero no iguales a nivel mundial. “No hay espejos donde mirarnos, vamos a hacer camino al andar”, resumió el ministro.
Por eso, inicialmente el programa se establecerá por decreto y será reglamentado mediante resoluciones, para poder ir adaptándolo a las necesidades que vayan surgiendo y, cuando se logren aceitar los procesos, transformarlo en una política de Estado mediante la sanción de una ley.
“Eso nos da margen para ir haciendo ajustes. Entendemos que, en la práctica, habrá muchas correcciones; cosas que imaginamos de una manera, pero en la realidad quizás sean diferentes”, agregó Busso.

Fondos y una “marca”
El borrador del decreto que le dará marco jurídico a la iniciativa ya está listo y su versión final se publicaría en marzo.
Busso precisó que el premio o bonificación no será fiscal; es decir, una reducción del Impuesto Inmobiliario Rural, sino directamente un aporte económico que se obtendrá del fondo específico de 70 millones de pesos que se aprobó en el Presupuesto 2017 para la promoción de las BPA.
Estos montos aún no han sido establecidos, pero se contemplarán diferentes escalas: a medida que los productores vayan sumando más prácticas sustentables, el premio será mayor.
De todos modos, para Busso el reconocimiento más importante será el simbólico. “La idea es que desde el Estado reconozcamos a los productores que hagan bien las cosas. Va a ser un agregado de valor”, evaluó.
Aunque no oficiará formalmente como una certificación, para Molina será una suerte de “marca Córdoba”, avalada por el Estado provincial, que los productores podrán exhibir para demostrar que aplican BPA y que podría beneficiarlos a la hora de comercializar sus productos.
En la faz técnica, la iniciativa se apoya en tres patas vinculadas a la sostenibilidad: social, que apunta al trabajo de calidad, capacitación y cuidado de las personas; ambiental, que supone el uso cuidado de los recursos naturales y la medición de sus impactos; y productiva, que prioriza la mejora continua para el aumento de la productividad por unidad de superficie y la generación de riqueza a partir de las ventajas comparativas de la provincia. 
Según Molina, hay dos palabras claves que resumen la implementación de la propuesta: prácticas e indicadores para medirlas. Entre las prácticas, estarán las de acceso y las de adhesión.
Las de acceso son los requisitos mínimos obligatorios que habrá que cumplir para poder ingresar al programa y eventualmente aspirar a los beneficios que en el mismo se contemplen. El primero, tener una situación fiscal ordenada; es decir, no deber impuestos. El segundo, definir las unidades de manejo: quienes se anoten en el régimen, deberán determinar en qué cuenta catastral se comprometen a aplicar las BPA. “Si un productor tiene más de un campo, podrá elegir uno o varios para comenzar, y luego ir agregando el resto”, señaló Molina. 
El tercer ítem indispensable será haber cumplido con la presentación del proyecto de forestación de, como mínimo, el uno por ciento del campo, que será impuesto a través de la Ley Agroforestal que aprobará la Legislatura. Otro, cumplir con el uso responsable de agroquímicos, lo que se traduce en la práctica en el uso de la receta fitosanitaria on line. 
En el caso de las actividades ganaderas, se sumará el cumplimiento de las normativas que rigen el registro de marcas y señales, y de las disposiciones sanitarias del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

Actividades con premio
Una vez cumplido este piso de requisitos, los productores podrán adherir a las diferentes prácticas que se premiarán. 
Tanto en agricultura como ganadería, se impulsará la participación en grupos, como los consorcios, los Crea o los de Cambio Rural; para las autoridades, es clave el debate y trabajo asociado para impulsar medidas sistémicas a favor de la sustentabilidad. La otra práctica de adhesión común a ambas actividades será la capacitación de productores, técnicos y operarios.
En lo específicamente agrícola, se premiará también a quienes realicen rotación de cultivos, con un mínimo del 25 por ciento de la superficie destinada a gramíneas de invierno y verano. También a quienes efectúen análisis de suelos, “como un elemento para llevar adelante una cultura del balance nutricional”, señaló Molina. El déficit de fósforo es el principal que se busca reducir. Además, los incentivos llegarán a quienes realicen obras prediales de conservación de suelos, atacando la erosión hídrica y/o eólica, como por ejemplo la construcción de terrazas y canales.
Para la ganadería, la inclusión de un plan de manejo del bosque con ganadería integrada será un aspecto clave en el régimen de promoción; así como también el uso responsable de productos veterinarios, y la implementación de planes sanitarios de manejo reproductivo y genética.
Un traje a medida de cada región productiva
El plan contemplará estímulos diferenciados por zonas.
En muchas zonas de Córdoba, la rotación de cultivos ya alcanza en algunos casos el 50 por ciento de soja y la otra mitad, gramíneas. Asimismo, hay regiones donde predomina la ganadería y no la agricultura. Por eso, el decreto que enmarcará jurídicamente al programa de promoción de las BPA irá acompañado de una serie de resoluciones que establecerán los parámetros que se tendrán en cuenta para premiar las prácticas que sean prioritarias para cada zona.