05/12/2011

Trigo: sólo un poco mejor


Luego de constatar la existencia de 3,7 millones de toneladas de trigo correspondientes al ciclo productivo anterior, y teniendo en cuenta el comienzo de la cosecha actual, que promete recoger entre 13 y 14 millones de toneladas, el Gobierno decidió abrir la exportación de 2,7 millones de toneladas, dejando un stock de la anterior cosecha de un millón, una cantidad excesiva, teniendo en cuenta que el consumo es de sólo 500 mil toneladas mensuales, a las que se suman diariamente los frutos de la presente cosecha.

La exportación de esos 2,7 millones a los precios actuales dará lugar a un ingreso de 621 millones de dólares, hecho que impulsó la decisión gubernamental en función de los agudos requerimientos de la política cambiaria. Aunque esto mejora la situación anterior no significa un cambio profundo, por la continuidad de la política triguera sobre la base de la asignación de cupos, sistema que viene deteriorando a esta importante rama productiva y a otras también.

La prestigiosa entidad que agrupa a los consorcios de experimentación agrícola, Aacrea, ha demostrado que, si la decisión actual se hubiera adoptado en julio pasado, hubieran ingresado en el país 221 millones de dólares extra, es decir, 842 millones en lugar de 621. De haberse adoptado en febrero, el ingreso hubiera sido de 944 millones, es decir 323 millones más. Estos números constituyen una pequeña muestra del daño provocado por el agudo y constante intervencionismo gubernamental en los mercados.

Otros dos sectores del agro requieren decisiones vinculadas con su comercialización externa: el maíz, objeto de asignaciones de cupos que dieron lugar a excedentes con parecidas consecuencias que las del trigo, y la producción de leche, también afectada por restricciones a las exportaciones. La Comisión de Enlace presentó un trabajo demostrativo de las distorsiones creadas por la política oficial de limitaciones a las exportaciones, que ponen un techo a la demanda con efectos depresivos sobre los precios. Del estudio surgieron datos precisos sobre el menguado crecimiento de los precios de la leche en relación con sus mayores costos, en tanto que se registraron alzas de significación en los precios de los productos al consumidor.

Lo ocurrido en los mercados agrarios en los cinco últimos años demuestra palmariamente la inconsistencia de la intervención estatal basada en desacoplar, es decir, en escindir el mercado interno del exterior, creando cupos en procura de la defensa de la mesa de los consumidores.

Como hemos insistido desde estas columnas, la plena libertad de los mercados es el único camino para el crecimiento de la producción. Si bien el incremento de los precios internacionales de los alimentos en un ámbito de libertad daría lugar a un cierto aumento de los precios internos, el resultado sería una suba de la producción no solo aquí sino en el mundo. En cambio, las restricciones bajo cupos y otros arbitrios, determinaron profundas crisis productivas con severos impactos en los bolsillos de los consumidores.

Lo bueno que puede rescatarse de lo actuado ahora es que significará advertir los errores cometidos y evitar su reiteración. Ya quedaron demostrados los efectos negativos sobre el mercado cambiario y sobre la economía toda.